sábado, 15 de diciembre de 2012

El cuerpo del deseo



(imagen tomada de la web)


Primero, soy mujer, asi que a mis seguidores señores les informo que por lógica...no voy a ilustrar la nota con una chica en tanga mostrando sus redondences!! (espero que mis seguidoras mujeres me dediquen aunque sea un aplauso! jajaja)


Ahora vamos a lo serio. Leo por ahí que, como cada año, en cada localidad de diferentes partes del mundo, se realizará la fiesta nacional...de lo que se les ocurra. Y para coronar tal evento, se elige a la Reina, entre una docenita de postulantes, todas chicas muy lindas, que desfilan con distinta vestimenta...sin faltar la clásica pasada en bikini, con locutor de fondo destacando sus tan mentadas medidas de 90-60-90, haciendo un culto a la perfección.


Por mi ciudad, con motivo de la Fiesta Nacional del Mar, pululan por los comercios fotografías de las postulantes a dicho título en (por supuesto) bikini, con la invitación a votar por internet a la ciudadanía. Viendo esas fotos me pregunto qué sienten miles de chicas adolescentes, que no tienen esas medidas perfectas y que por lógica, nunca podrán participar de esta cultura del cuerpo perfecto.


¿Dónde quedan los discursos por una vida sana, el constante anuncio de la lucha de los nutricionistas por una dieta equilibrada, las enfermedades relacionadas a la alimentación? Y no es algo que afecte sólo a mujeres, el sueño del cuerpo perfecto a toda costa, también afecta a los hombres, con un nuevo (o no tan nuevo) síndrome llamado "vigorexia", que consiste en matarse en el gimnasio para obtener ese cuerpo marcado que luce la ilustración de esta nota...


Recordemos la bulimia, la anorexia, que se llevan vidas por conseguir el menor peso posible. Mujeres en estado famélico, mostrando orgullosas su cuerpo casi en estado esquelético. Y siguen las firmas cada vez que en cualquier programa de televisión realizan un "desfile" con la excusa que fuera, para mostrar a chicas delgadísimas como el sumun de la belleza, con el agregado que en algunos espacios, se ha comenzado a hacer lo mismo con los varones.


Cuerpos trabajados en gimnasio, adquiridos por quirófano. Cuerpos marcados y perfectos que no responden a la naturaleza, y cuyos protagonistas, al ser consultados en otro programa que habla sobre temas nutricionales, confiesan su pésima alimentación y su exceso de actividades, pese a lo cual los muestran como "modelos a seguir" para ser y sentirse felices.


Valoramos el envoltorio, lo de afuera, y la eterna juventud. Nos muestran a personas de avanzada edad, peleando por mostrar muchos menos años de los que tienen, como si "permanecer" jóvenes fuera la garantía del éxito...Y el mensaje es leído por otros, que al buscar personal para sus empresas, contratan sólo a jóvenes de 18 a 25 años, estirándose a veces hasta los 35, dejando fuera del mercado laboral a un vasto grupo de personas que aún tienen mucho para dar, desde sus ganas hasta su experiencia.


Venerar al cuerpo perfecto y a la eterna juventud nos convierte en una sociedad que no valora la madurez, la experiencia, la sabiduría. No reconocer que nuestros físicos se deterioran por el paso del tiempo, es también un signo de ceguera que no nos permite educar a la próxima generación en valores. Ver a madres/padres compitiendo con sus hijas/hijos en los mismos espacios de esparcimiento, por los mismos candidatos sentimentales, comportándose como las "amigas" que consienten todo, y no como quienes tienen la tarea de formar a esos chicos para enfrentarse a la vida.


Otra variante es esa exhibición como en mercado de esclavos (justo en estos tiempos en que vemos como se manosea el tema de la trata de personas) y ver cuál de todos los participantes es el elegido para ser mostrado y expuesto a la sociedad, en una variente light si se quiere, de lo que debe acontencer en otros terrenos más oscuros. Bajo el título de "representante" de la ciudad, se continúa utilizando el cuerpo de mujeres como un objeto que debe comercializarse, premiarse (como al ganado en la Rural!), y llevar a todas partes para que vean la "belleza" que nuestras ciudades y pueblos ofrecen a potenciales turistas.


Mientras se mantengan estas costumbres machistas y patriarcales (y trasladado al nuevo formato del "rey" en los jóvenes) de "mostrar" la belleza, lo físico, lo que no perdura, seguiremos siendo una sociedad frívola, que se queja porque queda bien de los problemas alimenticios de nuestros jóvenes, pero que no se dedica a fomentar lo que realmente importa, los valores culturales, intelectuales y morales, para formar verdaderos "modelos de ciudadanos" que nos representen de verdad en todo el mundo.

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