jueves, 20 de septiembre de 2012

¿Nos creemos Fangio?

(imagen tomada de la web)

Conducir un vehículo es un acto de responsabilidad, al que parece que muchos no le prestan atención. Y lo peor es que cuando viajan a otros países, admiran la calidad del tránsito y el respeto de los conductores a las leyes convencionales sobre el tema, como si eso fuera algo extraño y ajeno a nuestra realidad.

No es el país (o sí?), no es que el coche de otro continente tiene un comando especial que funciona en piloto automático y por eso se conduce bien en el extranjero. Se conduce bien, porque quienes están detrás del volante (personas, seres humanos iguales a nosotros! ¿o algunos piensan que los extranjeros son extra-terrestres?) toman consciencia de que si existe una norma, es para respetarla, y quien la transgrede, sufre una multa. Así de sencillo.

Una amiga que viajó hace unos días a Europa, me contaba que no existe la doble fila.  Que el tránsito es muy ordenado y que el pariente a quien visitó sufrió una multa de 130 euros por no llevar puesto el cinturón de seguridad. Mientras tanto en Argentina (especificamente, en Mar del Plata):

*Señor/a conduciendo camioneta transita en contramano una calle interior con alto tránsito en pleno puerto a las 11 de la mañana.

*Señor/a conduciendo vehículo viejo dobla en Jara y Juan B. Justo a las 14 horas, detiene el carril rápido, y gira a la izquierda mientras otros autos vienen por la mano contraria.

*Señor/a conduciendo vehículo  con patente extranjera (se vé que como vio realizar la maniobra a mis compatriotas, pensó que acá sí se puede!) gira a la izquierda (sin la luz de giro) a las 17 horas en Independencia hacia San Martín.

*Señores/as (varios, esta maniobra la he visto infinidad de veces) giran a la izquierda en la intesección de las avenidas Vértiz y Jacinto Peralta Ramos, a cualquier hora del día, sin importar el caudal de la mano opuesta...se mandan y que sea lo que dios quiera.

*Personas (varias también) en moto, sin casco, zigzagueando por avenidas y calles, a la salida de las escuelas, con niños chiquitos en "sandwich", ninguno con protección de ninguna especie, circulando en contramano por calles bien señalizadas.

*Jóvenes concurriendo a sus lugares de estudio o diversión en patinetas (queda más fashion decir "skates", pero existiendo la palabra castellana!!) sin coderas, rodilleras, cascos, utilizando carriles inapropiados, e impidiendo que los autos circulen como corresponde.

*Ciclistas que no respetan la "fila india", es decir, uno detrás del otro, charlando, de a dos o tres, sin llevar señales luminosas, sin chalecos que reflejen la luz de otros vehículos, cruzando cuando y como se les ocurre, sin respetar semáforos ni otras advertencias.

*Peatones que cruzan si mirar, fuera de la senda peatonal, mirando sus celulares, mamás con carritos de bebés que aparecen de improviso por detrás de vehículos estacionados, ancianos que salen a caminar y van por la calle en lugar de ir por la vereda.

*Conductores de autos que estacionan sobre la senda peatonal y se enojan y hasta insultan cuando el peatón pretende usarla para la función que tiene.

*Conductores que no respetan la prioridad de paso (el que viene por la derecha, y si se les complica descubrir cuál es la derecha...tiene prioridad el vehículo que, si chocamos, el conductor corre más riesgo de vida, porque rompemos la puerta...sí, NUESTRA DERECHA).

*Conductores de toda clase de vehículos (sobre todo los que tienen "carnet profesional") que cruzan semáforos en rojo a cualquier hora del día, sin importar que de la otra calle pueden estar comenzando a avanzar.

*Que los mismos "profesionales" hagan señas luminosas o sonoras para que quien va adelante aumente la velocidad, o cruce el semáforo en rojo cuando aún no habilita el paso.

¿Sigo? Pueden continuar ustedes la larga lista de infracciones que se ven todos los días en la calle. Y haber tenido a un ídolo del automovilismo como fue el gran Juan Manuel Fangio, no nos habilita a creernos los dueños de las calles y que podemos hacer lo que se nos ocurre, sin por ello tener una sanción...Y lo peor es que cuando nos ponen una multa, nos enojamos con el agente, con el tribunal, con el juez de falta...pero no con nosotros mismos que somos quienes cometimos el error!!

No nos maravillemos y alabemos la forma en que conducen en otros países, como si fuera una exclusividad de ellos el manejar bien...Tenemos leyes de tránsito que respetar, y somos nosotros, los conductores, los ciclistas, los motociclistas, los peatones, quienes día a día hacemos el dificultoso, complicado, peligroso y hasta mortal, tránsito de la ciudad.



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