El ministro "palmólogo" (y otros funcionarios por el estilo)

(Imagen tomada de la web)

Hace tiempo que lo vengo sintiendo. Es la "sensación" (les confieso que la palabrita ya me da un poquito de repugnancia) de que nadie hace nada. De que quienes cobran un sueldo como funcionarios (electos o puestos a dedo por los gobernantes) les importa tres belines lo que nos pasa a los laburantes, que, paradójicamente, somos quienes les pagamos sus suculentos sueldos. A ellos no les pasa nada, o casi nada, pero tienen todo lo necesario para mantenerse bien alejados de la "sensación" (la otra, la que, según ellos, han generado los medios repitiendo muchas veces al día el mismo caso, la de inseguridad) que todos los vecinos de la ciudad (y de la provincia) vivimos a diario cada vez que salimos a la calle.


Hoy enciendo la tele y me entero que balearon a un chico de 19 años en La Plata. En el noticioso comentan que el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires dijo o escribió que "había que rezar por su alma"...o algo por el estilo... ¡Mirá vos, que linda forma de cuidarnos! No se ustedes, amigos lectores, pero hasta donde yo sé, ese señor cobra para proteger mi cuerpo y que mi vida se conserve, de mi alma me encargo yo, con mi consciencia y mis creencias.


Tambien cuentan que en Junín mataron a una chica de un balazo en la cabeza, mientras atendía un kiosco que está a dos cuadras de una comisaría. Pueblada mediante, el delincuente está identificado, pero se fugó y resulta que es un menor, casi de la misma edad de la adolescente asesinada. Las dos caras de una misma moneda, ella trabajaba, él delinquía. Él está prófugo, ella muerta. La justicia tendrá contemplaciones para con él, teniendo en cuenta su edad, su historia de vida, las condiciones sociales; para con ella, la justicia ¿hará justicia?


Ahora el noticiero pone una imagen de vídeo, con audio, del ministro en cuestión. Lo escucho decir que acompaña en el sentimiento a la familia y que "seguirán trabajando como lo vienen haciendo". Por ahí circula una frase atribuída a Einsten que dice "Locura es hacer lo mismo y pretender resultados diferentes". ¿Se lo dicen a Casal, el ministro que cobra para dar palmaditas en la espalda a las familias de las víctimas de la deliencuencia, por favor? Porque si pretende seguir "trabajando como hasta ahora" lo más probable es que en el ámbito de la provincia de Buenos Aires simplemente nos sigan matando impunemente, sin que nada se mejore.

Los miembros de la ONG que recibe a las familias de quienes han perdido a un familiar por la delincuencia, han estado esperando cerca de tres años que este señor se acerque a ellos para hablar y plantear propuestas o, al menos, escucharlo decir qué piensa/pensaba hacer con el problema de la inseguridad. Ha venido a inaugurar la escuela de policías, pero no se ha acercado a las familias. Y cuando lo ha hecho, fue por algún caso en donde no le quedó más remedio, debido a la presión que alguna familia ejerció a través de los medios.

Pero las denuncias por sms no se han implementado, las cámaras de seguridad siguen sin aparecer (salvo las pocas que se han instalado y que muchos dudan de su real funcionamiento). Los efectivos policiales siguen trabajando horas en exceso, lo cual muchas veces va en detrimento de su real capacidad de reacción ante el delito, comprándose ellos mismos los chalecos antibalas que realmente sirvan para repeler los proyectiles de los delincuentes. Los patrulleros, destruídos, casi sin combustible, con lo cual dificilmente pueden hacer tareas de prevención y hasta persecuciones...

Realmente escucharlo hoy, y ver que los hechos se suman y nadie renuncia, nadie se hace cargo, nadie reacciona, me hace pensar si a estos funcionarios y gobernantes ( y en este comentario me refiero tanto a provinciales como a municipales) les interesa realmente nuestra seguridad o sólo cobrar sus sueldos estatales. ¿Son conscientes de las muertes que pesan sobres sus consciencias? ¿Pueden dormir tranquilos por las noches?

Los ciudadanos no necesitamos más "palmaditas en la espalda" para que nos calmen por un tiempo y dejemos que los delincuentes sigan robando, violando y matando. Necesitamos gente comprometida que realmente cumpla con el puesto al que se postularon, o para el que fueron llamados, de lo contrario, que den un paso al costado y dejen que quienes tengan la capacidad, el conocimiento y las ganas de hacer algo por el bien de todos, ocupen sus puestos... Tengan dignidad.