Se anunciaba cada vez que sucedía un hecho de inseguridad con saldo fatal en la ciudad. Se predecía cada vez que, en alguna marcha o manifestación, alguien reclamaba a las autoridades y funcionarios que hicieran algo para comenzar a corregir la delicada situación que se vive en Mar del Plata con respecto a la inseguridad. Y muchos lo pensamos, porque sabíamos que tarde o temprano esto iba a suceder.
"Encontraron sin vida al abogado Tristan Ventimiglia (primo del secretario de protección ciudadana en el partido de General Pueyrredón) en su estudio jurídico y se investiga si se trató de un hecho de robo". Así lo anuncia una radio local (http://www.radiobrisas.com/2013/04/05/encontraron-sin-vida-al-abogado-tristan-ventimiglia-en-su-estudio-juridico-y-se-investiga-si-fue-en-un-intento-de-robo-111526/) y otros portales dan algún que otro detalle más. Lo encontraron maniatado y con un tiro en el pecho. Según se dice, tenía un reloj muy valioso en su muñeca, y ahí la hipótesis de robo se nos va al diablo, tras lo cual sigue siendo un hecho de índole violenta y que nos marca que no hay "hijos y entenados" cuando el crimen decide atacar.
La frase que siempre se dijo era una pregunta repetida ¿Tiene que sucederle algo a un pariente para que se den cuenta de que no son intocables, de que la situación que vive la ciudad es insostenible? Lamentablemente se ha perdido otra vida, a muerto alguien que nada tenía que ver con los debates políticos ni con las mentiras cotidianas o los "caramelos" absurdos con los que nos endulzaban diariamente para contener el enojo de quienes todos los días son víctimas del delito.
¿El secretario de protección ciudadana participará ahora activamente de las marchas de la ONG de familiares de Víctimas del Delito cada primer martes de cada mes, portando su foto, reclamando seguridad y justicia? ¿Hablará de las cámaras de seguridad que no aportan nada? ¿Seguirá apoyando el proyecto de la policía comunal, que de realizarse, aún tenemos que espera cerca de un año para su concreción?
En el primer trimestre del año mataron a unas 20 personas. Estadísticamente hablando (ya que para ellos somos un número, un dato) al 31 de diciembre de 2013 habrán asesinado a unas 80 personas más si nadie hace algo sobre el tema YA (ayer es tarde). La "promesa" de la policía comunal, desarmada y sin capacidad de realizar detenciones, es eso, algo a futuro, lejano que, como las 360 cámaras de seguridad, muchos dudamos de su cumplimiento y efectividad.
Lamentablemente este año de elecciones legislativas vamos a escuchar muchos cantos de sirena, demasiadas promesas de quien hace siete (7) años gobierna la ciudad (y no digamos de quien gobierna la provincia...o el país). Este año nos prometerán todo aquello que debieron haber realizado desde hace mucho tiempo y, por la razón que fuera, quedó ahí, en la promesa vana, en la palabra perdida en el viento y en alguna grabación de campaña que haya quedado para el recuerdo. Sin embargo, todas esas promesas y palabras se van cobrando, año a año, vidas de personas inocentes, que deberían pesar en las consciencias de cada uno de estos funcionarios que nos toman el pelo...
Esta vez le tocó de cerca a uno de ellos...¿harán algo? ¿Tomarán consciencia de que en la lotería de la inseguridad aún quedan muchos números, y ninguno sabe cuándo le tocará? ¿Se darán cuenta de que ellos TAMBIÉN ESTÁN EXPUESTOS? ¿Seguiremos escuchando anuncios y crónicas de muertes anunciadas?
Lamentáblemente, he perdido a un entrañable amigo y colega. Que Dios lo tenga en su gloria y que descanse en paz. Otra víctima más que se cobró la impunidad manifiesta de una sociedad que reclama a gritos que los funcionarios hagan algo para que de una vez por todas, podamos vivir con la seguridad que nos merecemos y vayan presos de por vida a los que cercenan las vidas ajenas, teniendo los victimarios sus almas vacías de inmutables valores humanos como los que tenía Tristán, tanto en lo profesional como en lo humano. Firmado: Dr. Guillermo Oscar Bomchil, abogado y docente. Matrícula: C.P.A.C.F. Tº 59 - Fº 537.-
ResponderEliminarGracias por tus palabras, Guillermo...
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