Hoy nos enterábamos que, gracias a un cruce de huellas dactilares, lograron descubrir al asesino de Josefina, una mujer de setenta y tanto años, que fue encontrada hace un tiempo muerta a golpes en su departamento de un barrio periférico de la ciudad. También nos enterábamos de que el sujeto en cuestión...ya estaba detenido por robo en la cárcel de Dolores.
Hoy también nos enterábamos de que un hombre fue detenido tras robar un kiosco. Ese hombre estaba libre tras haber sido absuelto por la acusación de haber sido quien disparó a Carolina Píparo, la mujer embarazada que tras realizar un retiro en una banco, fue víctima de un asalto, baleado y el bebé que llevaba en su vientre murió a los pocos días de nacer prematuramente.
Estos son los dos casos del día...Pero cada mañana leemos o escuchamos que detienen a delincuentes que recién recuperaron su libertad tras cumplir una condena, que son buscados por otros crímenes, que se fugan y los apresan cometiendo otros delitos y muchas veces en la escalada de violencia, terminan llevándose la vida de nuestros seres queridos...Como Isidro, el hijo prematuro de Carolina Píparo. Como Josefina, la jubilada cuyo cuerpo mostraba las señales de una crueldad y una cobardías impensables.
A todo esto, los jueces de garantías deciden que al penal de Batán no pueden ingresar más presos, debido a las pésimas condiciones del lugar, a la falta de medicamentos y a la escasez de provisiones. ¿Recién ahora detectan los jueces de garantías estos problemas? ¿No tendrían que haberse acercado hace mucho tiempo y buscar la forma de que el lugar contase con lo necesario para mantener a la población carcelaria? ¿No se "avivan" cuando ya la cosa está que arde?...Mientras tanto, ¿qué se hace con los nuevos detenidos? ¿A donde llevarán a los que cometan delitos?...Y pensar que nuestro intendente había gritado a los cuatro vientos que la gran solución era implementar una policía comunal...que llevaría a los detenidos al mismo lugar que la fuerza actual...es decir, que contaría con la misma falta de provisiones, de medicamentos y con los mismos problemas edilicios...y con la misma falta de respeto que nuestras autoridades y jueces manifiestan permanentemente por los ciudadanos que todos los días sufrimos a los delincuentes, por los que, dicho sea de paso, no hacen nada.
Porque, como me han dicho, es muy cierto que quienes llegan a un penal deberían encontrar condiciones para una reivindicación social y, cuando les llegue el momento de recuperar su libertad, poder volver a las calles con las herramientas necesarias para no tener que volver a delinquir...¿Pero los garantistas, los que gritan a voz en cuello que las cárceles no sirven...hacen algo para que los delincuentes no reincidan, no violen, no maten?
No, no hacen nada. Se quedan en sus cómodos sillones, en sus despachos con calefacción y aire acondicionado, decidiendo sobre las vidas ajenas, impartiendo una justicia que no es justa para quienes fueron ultrajados, golpeados o despojados de lo que les costó mucho esfuerzo conseguir, ni para quienes vieron destruidas sus vidas porque en uno de esos hechos, el delincuente se llevó a un ser querido.
Si las cárceles no sirven para reinsertar a los delincuentes, y si cuando los "perdonan" aplicándoles las penas más chicas como para excarcelarlos rápido tampoco aprovechan la oportunidad...¿qué hacemos con los delincuentes para que no vuelvan a reincidir, ni para que tengan "frondoso prontuario"? Confieso que la respuesta que creo escuchar, no es la que quisiera oír...
No hay comentarios:
Publicar un comentario