sábado, 27 de octubre de 2012

Detrás de las máscaras



(imagen tomada de la web)

¿Qué escondemos detrás de una máscara? ¿Qué decimos que no nos animamos a decir con nuestro propio rostro, desde nuestro propio nombre? Algunos, simplemente, eso que pensamos, pero sólo podemos expresar desde un lugar en el que nos distanciamos de nuestros sentimientos más irracionales...Poder expresar con coherencia el dolor que nos provocan las distintas circunstancias de la sociedad que nos rodea, esas cosas que nos duelen, que nos atraviesan y nos superan, pero que para poder expresarlas, necesitamos alejarnos de eso que nos genera, y decirlo "como si fueramos otra persona"...


Nos ponemos una máscara para sentirnos más fuertes, menos vulnerables. Para que la persona a la que van dirigidas nuestras palabras o acciones no descubra nuestras debilidades...para sorprenderla y que no tenga palabras para volver a agredirnos...Para que nuestra voz  se convierta, por unos instantes, en la voz de muchos que no tienen voz ni forma de expresarse...

Nos escondemos detrás de máscaras para sentirnos un poquito como esos héroes de nuestra infancia...esos que luchaban contra el mal, y luego miraban con satisfacción esa tarea realizada desde el anonimato...Alguién me preguntó hoy por qué esconderse detrás de una máscara...¿por qué no? ¿Acaso Don Diego no luchaba contra el Capitan Monasterio enfundado en la máscara del Zorro? ¿Y Bruno Díaz se encapuchaba detrás de Batman? Clark Kent y Superman, ¿quién escondía a quién?

A veces las máscaras nos dan impunidad...otras nos permiten realizar una obra desde el silencio, desde lo más profundo de nuestro ser, y gritarlas al mundo como si fueran de otros, porque nos da pudor recibir halagos, preferimos escuchar el verdadero sentimiento que generan nuestras obras desde un espacio diferente...Ese anonimato nos puede dar la pauta de que vamos por el buen camino...o no...

La gran mayoría usamos máscaras en la vida cotidiana. Nos imponen la máscara del líder, del valiente, de la chica sexy, de la esposa y madre abnegada, de la intelectual, del hombre viril, del trabajador humilde. Nos encasillan y muchos, para no romper moldes, caemos en esas máscaras impuestas por la sociedad, para ser aceptados, para que nos quieran, para que nuestro pequeño espacio en la sociedad no se esfume si mostramos nuestra verdadera personalidad...

Mi máscara son las palabras escritas...Ellas me definen, me muestran tal cual soy, me liberan...¿cuál es tu máscara?

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