Cada mañana amanezco con la sensación de que existen personas que creen que las leyes y las normas que regulan nuestra vida en sociedad se hicieron para los demás, pero no para ellas. Que tienen impunidad para hacer lo que se les canta, pero cuando los otros (que suelen pensar los mismo) intentan zafarse alguna normativa, se enojan y ofenden como si fueran los paladines de la justicia.
Un ejemplo es el señor que transitaba a excesiva velocidad por una avenida y, a su criterio, no tenía por qué pisar el freno cuando una madre y sus dos niños intentaban cruzarla, provocando un accidente tremendo con el trágico fin de una mujer de 32 años y sus hijitos de 2 y 4 respectivamente. Además de atropellar un par de vehículos y darse a la fuga, al llegar a su domicilio llamó a la policía para denunciar el vehículo como robado y así desentenderse del desastre que dejó su (más que) imprudencia...Afortunadamente hubo testigos y no le salió bien el plan,
Otro ejemplo es otro señor que en plena avenida y contrariando todas las reglas del tránsito, decidió que no tenía ganas de hacer la fila (que otros vehículos sí respetaban) esperando que el semáforo que permite el giro a la izquierda diera luz verde a esa maniobra...e inesperadamente y desde el carril medio, cruzó toda la arteria como si nada y atropelló a un vehículo que circulaba por la contramano (este segundo vehículo tenía permitida la circulación) y provocando el caos vehicular que todos ya conocemos en nuestra ciudad.
Hacemos lo que queremos, pensando que somos los vivos, los más langas, los que nos las sabemos todas y como "fuimos y vinimos" varias veces en la vida, nadie puede enseñarnos nada. Cometemos pequeñas estafas cotidianas, que pueden provocar un simple accidente o una tragedia a una familia, sin ponernos a pensar en el otro, sin proyectar que nuestra imprudencia, viveza o como quieran llamarle, puede ser la causa de la muerte de otra persona.
Miramos para otro lado cada vez que vemos pequeñas corrupciones. No denunciamos, porque esperamos que lo haga el otro, porque somos cómodos. No exigimos, porque decimos "para qué sirve"...y mientras tanto nos roban en nuestras narices y con nuestros consentimiento. Dejamos al criterio de otro el fraude, y como quien produce el fraude se sabe sin control, cada vez va metiendo más la mano en la lata...
Dejamos a criterio del funcionario de turno que las clases no comiencen o los chicos nunca lleguen a completar el ciclo lectivo de 180 días gracias a paros, desinfecciones, sin hablar de los días que no se dictan clases porque los edificios están en situaciones paupérrimas, y sin que les pongan un centavo...Dentro de poco comienzan los grandes fríos y con ellos, los reclamos por falta de vidrios (algo tan simple y tan complejo a la vez), o por la inexistencia de calefactores, o el mal funcionamiento de calderas (ni hablemos de cables colgando o techos rotos).
Permitimos dejar a criterio de nadie las inversiones en obras públicas, y así, sin controles y mirando para otro lado, ocurrió la tragedia de la estación Once, con 52 muertos, con cientos de heridos y con miles de personas que jamás volverán a ser las mismas a consecuencia del trauma que semejante desastre les provocó. Y, con avisos de especialistas, murieron (vaya a saber cuántas en realidad) personas tras las tremendas inundaciones en la ciudad de La Plata, gracias a la falta de infraestructura e inversiones...Y en nuestra ciudad, mueren personas casi cotidianamente como consecuencia de los incumplimientos de nuestros funcionarios, que también anuncian, con bombos y platillos, que están a punto de descubrir América...cuándo aún no salieron de Puerto de Palos.
Dejamos durante años a criterio de nadie el destino de los fondos de una provincia que, al día de hoy, no se sabe bien su destino, cuando esos fondos eran estatales...Y hoy abrimos los ojos sorprendidos y anonadados escuchando las denuncias (y sus correspondientes desmentidas) en algún programa de TV. como si hubieran descubierto la pólvora. Y la pólvora ya había sido descubierta hace mucho, nada más que, por miedo, conveniencia, acomodo, partidismo o lo que fuera, seguimos (y elegimos) pensar que no existía. (Un político escribe "no toleraremos el lavado del dinero"...y es una pena que no se dé cuenta de que su frase no es más que bombo en año electoral...porque ese lavado de dinero viene ocurriendo hace años y en sus propias narices, ¿no lo vió antes?)
Cuando decidimos no actuar, mirar para otro lado, dejar que el otro actúe, tenemos que tener en cuenta que el otro HACE EXACTAMENTE LO MISMO...porque piensa con la misma lógica que nosotros. Y así, cada uno, comienza una pequeña cadena de indiferencias, sin dar el paso que permita concluir con ciertas prácticas nefastas y corruptas (nos roban a nosotros, nos matan a nosotros...el de al lado TAMBIEN SOS VOS!)....
¿Vas a seguir permitiendo que te vendan espejitos de colores? ¿Vas a continuar creyendo que no existen la pólvora ni el nuevo continente? ¿Vas a seguir dejando a criterio del otro tu destino y el futuro de los demás?...Lo dejo a tu criterio.
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