lunes, 4 de abril de 2011

Un amargo sabor a frutillas

           Nos pintan la realidad con una vorágine modernista y modernosa. Todos los días se crea una novedad tecnológica, se descubren partículas cada vez más minúsculas y la ciencia nos acerca imágenes de mundos cada vez más lejanos, con la futura esperanza de, algún día, poder visitarlos.


             Sin embargo, la evolución no es tal. Existen lugares en donde se vive como hace más de doscientos años. Existen personas que creen que los demás son "seres de segunda". Por televisión, radio,diarios...nos enteramos de que hay personas que aún no se enteraron de que existió una asamblea en 1813 que abolió la esclavitud. Es más, estas personas no deben haber leído la Constitución Nacional.

            Gracias a entidades que investigan, y se arriesgan a una gran exposición, todos los días estamos descubriendo un mundo en donde a las personas se las trata como a esclavos. Convengamos, tampoco se descubre la pólvora. Porque la existencia de esta oscura realidad era un secreto a voces.

            El trabajo rural siempre utilizó la mano de obra barata. Y, abusándose de la precariedad de documentación o de estudios de muchas personas, cometen uno de los peores delitos. Retienen papeles, los limitan al predio de trabajo, les cobran hasta el aire que respiran, y los exponen a la manipulación de químicos tóxicos, prohíbidos en muichos países del mundo por su peligrosidad. Para citar un ejemplo, Ezequiel, un chiquito que sufrió el trabajo esclavo y fue denunciado por la ONG La Alameda, quien fue filmado transportando agroquímicos y luego de dos años falleció a causa del envenenamiento.

        Lo malo es que todavía falta mucho para hacer. Que todavía existen muchos campos, muchas fincas, muchos talleres textiles, muchos bares, en donde hay personas que son obligadas a ser esclavizadas. Lo malo es que aún hay niños expuestos a los abusos de otros que les importa poco su vida y su futuro, sólo la avaricia de ganar dinero. Lo malo es que se esperó demasiado tiempo para comenzar a poner las cosas en su lugar.

           Lo bueno es que se está haciendo algo. Que por alguna razón comenzaron a hacerse controles. Que ALGUIEN (si, con mayúsculas) hizo una denuncia, se expuso, filmó, y se comenzó un proceso que terminó con el allanamiento de las fincas. Lo bueno es que se están dando los primeros pasos para ser un país más grande. Lo bueno es que existan más personas y entidades como La Alameda, que defienden los derchos de todos.



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