domingo, 16 de mayo de 2010

De matrimonios y otras yerbas

Curioseando por internet, leo una llamada de un vídeo que un señor de no sé donde se casa con su perra. No sé si para tener prensa o porque se decepcionó tanto de las mujeres, pero es lo que ví. Tal vez ama a su mascota de tal manera que decide homenajearla con una boda. Y justo hoy vi en el programa del Bahiano, MP3, un especial de Sudáfrica, en donde relataban que durante el apartheid no se permitían las bodas entre personas de distinto color, por la simple razón de que eran diferentes. Colores, razas, especies.

Ustedes dirán y què tiene que ver esto? Que me acordé de todos los dimes y diretes que existen sobre el casamiento entre homosexuales y por alguna razón, asociè el apartheid sudafricano con este tema. No conozco mucho sobre todos los vericuetos legales, pero sí en alguna ocasión escuché que no pueden heredar entre sí. Y una ley de matrimonio lo permitiría.

Las personas somos seres únicos, irremplazables, irrepetibles, y nadie tiene que decirnos como actuar. Creo que sólo nuestra consciencia es la guardiana de lo que hacemos, y si lo que hacemos no está reñido con la justicia o con actos que afecten a otros, deberíamos permitir que las personas se casen entre sí. Y las palabras del código civil que hacen referencia a los participantes de una boda, modificarse a personas, que es lo que al fin y al cabo somos. Más allá de hombres y mujeres. Más allá de blancos y negros.
Lo mismo referido con la adopción. En mi humilde opinión, es más importante la calidad humana y moral. Moralidad entendida a partir de los actos públicos, sobre el desenvolvimiento de una persona cuando interactúa con otra. Los asesinos pueden casarse, y de hecho en los medíos se transmitieron muchas bodas entre detenidos y sus novias. Los abusadores son señores casados, con familia, y a veces, con una "reputación", y desconocen las leyes cometiendo delitos. ¿Entonces? Si el fin del matrimonio es la procreación, como leí por ahí en algunos panfletos, deberíamos prohibir las bodas entre ancianos, o entre personas mayores de 50 o 60 años. ¿Acaso la ciencia no les permite procrear a ellos tambien a partir de la inseminación? Si, totalmente, y en verdad se pone en tela de juicio la voluntad de una persona que ya no tiene edad de criar un hijo, dado que tal vez esa persona no viva el tiempo suficiente para darle protección y seguridad a ese niño. Si una pareja de homosexuales puede darle a una criatura contención, seguridad, educación, ¿por qué negarles la oportunidad?

Tal vez deberíamos empezar a mirar dentro nuestro y preguntarnos hasta donde tenemos derecho a meternos en la vida de los demás y obligarles a vivir según nuestro criterio. Todos somos ciudadanos con derechos y oportunidades y no creo que por pertenecera tal o cual sector religioso, yo tenga derecho a impedirle a nadie a ejercer su libertad de elección. Y cuando todos comprendamos esto, tal vez comencemos a ser un país mejor.

1 comentario:

  1. Bien!!! Ahora leo que un robot ofició una boda. Muestran el vídeo y todo. Viva la libertad!!!!

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