martes, 18 de mayo de 2010

No es una escarapela más

Tal vez por el exceso que hubo en mi infancia de símbolos militares, hubo un tiempo que creía que la argentinidad no tenía sentido llevarla en un trozo de tela enganchado en la solapa de la campera. Pensaba que el sentimiento por mi país era más que eso. Yo me sentía bien argentina y no necesitaba demostrárselo a nadie. Estaba convencida que ser argentina podìa demostrarlo de otra forma, cumpliendo con mis obligaciones de ciudadana, siendo honesta, en fin, haciendo.


Pero hoy tuve una sensación diferente. Tuve la necesidad de comprar ese trocito de tela que tanto defenestré en el pasado y ponerla en mi solapa. Y usarla con todo el orgullo que siento por mi país. Por mi nacionalidad. Porque a pesar de muchas cosas, vivimos en un gran país, con libertades, con posibilidades. No creo que haya un lugar en la tierra que me haga sentir mi suelo natal.

Tal vez al leer el resultado de las encuentas que le han hecho a algunos jóvenes, que ignoran el significado de la fecha patria, y que sólo les interesa el feriado porque no van a estudiar, o para jugar a la play todo el día. Y tal vez al leer una nota que le hicieron a Enrique Pinti en donde dice que los norteamericanos usan la bandera hasta en los calzoncillos con mucho orgullo, me dió por usar mi símbolo patrio. Porque sí, yo siento orgullo de ser argentina.

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