jueves, 14 de octubre de 2010

Sesenta cartas de perdón y dos mujeres desesperadas

           La gran diferencia entre los hombres y las mujeres es cómo nos han enseñado, a lo largo del tiempo, la percepción del amor.  A las mujeres no han inculcado la tolerancia, la paciencia, la sumisión. A los hombres, en cambio, no les han enseñado nada al respecto.

           Cuando una mujer, luego de separada, recomienza una vida amorosa, normalmente se la prejuzga. A veces hasta dentro de su propio círculo familiar, sin tener en cuenta que muchas veces se aceptó sin demasiadas críticas que el hombre recomenzara su camino... muchas veces antes de estar separado.

          Estos días leemos muchas cosas sobre Jhonny Barrios, uno de los treinta y tres hombres atrapados en una mina en Chile, cuya particularidad fue el tener dos mujeres reclamando por él. Y, como siempre, se han creado dos bandos: los hombres que creen que Jhonny es un héroe ( y no por haber estado en la mina, precisamente) y las mujeres que nos sentimos indignadas ante la situación de infidelidad.

           Las mujeres estamos saliendo de a poco de esa situación de postergación que nos ha marcado durante siglos. Sin embargo, afectivamente, continuamos esperando el amor perfecto, colmado de sinceridad. La relación afectiva desde el punto de vista femenino está pensada a largo plazo. A formar una familia. A llegar a la vejez juntos. En cambio, desde el punto de vista masculino, la relación es más física que afectiva, está pensada a corto plazo.

           ¿Cuestión de género, cultural? Jhonny Barrios escribio unas sesenta cartas a su esposa, a la que le prometio fidelidad y respeto hace 28 años, pidiéndole perdón. ¿Puede perdonarse la infidelidad? Más allá de las cuestiones biológicas, los sentimientos traicionados dejan heridas que tardan mucho en cicatrizar. A veces toda una vida.

            ¿Las mujeres debemos aprender de los hombres a amar de otra manera? ¿O los hombres deben comenzar a caminar un nuevo camino en las relaciones afectivas? Sesenta cartas de perdón no son suficientes cuando el pedido no se hace desde la honestidad, desde lo más profundo del corazón. Dos mujeres desesperadas, cuando se encuentran buscando al mismo hombre, son demasiado dolor puesto en el mismo lugar.

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