domingo, 16 de enero de 2011

En la próxima pulseada, chofer!

             Como siempre, cuando curioseo por los distintos medios de comunicación, me detengo en alguna que otra noticia en particular y, por supuesto, lo subjetivo le gana a lo objetivo. La memoria tiene razones para que una palabra, frase o tema en especial, nos provoque leer una nota y profundizar en el tema.



                Por cuestiones personales me atrae el tema del transporte público de pasajeros y desde hace años que veo cómo los distintos componentes del sistema de colectivos de la ciudad casi no tienen en cuenta a quien viaja todo el año, al pasajero, que, cosas del lenguaje, no es nada pasajero, al contrario, es permantente viajero y víctima de los caprichos de empresarios y sindicalistas.


            En mis cuarenta años de vida no recuerdo que jamás hayan prestado un buen servicio. Pocos son los conductores que manejan bien, que respetan las velocidades, y que tratan a la gente como lo que son, personas. Cortan los boletos de malos modos, y más de una vez, por estar "conversando con alguna señorita", no oyen el timbre de parada y, por supuesto, quien viaja debe caminar hasta su destino por la distracción del chofer, sea éste empleado o propietario.


            Recuerdo hace muchos años, allá por 1997, que se planteaba algo llamado "red deseada". Cambiarían todos los recorridos, una línea circularía como rondín por una arteria principal determinada y los usuarios podríamos hacer combinaciones entre las distintas líneas SIN PAGAR BOLETO ADICIONAL dentro de un límite horario. Es decir, que con el mismo dinero, podríamos llegar a nuestro destino mucho más rápido, ya que los recorridos estarían sincronizados, y muchas personas que demoran mucho en llegar a sus lugares de trabajo por las vueltas que dan los micros, irían de una forma más directa y sin abonar pasaje de más.Buscando en cualquier archivo de aquel año encontraran esto que digo.



              A título anecdótico, ese año realicé un curso de periodismo en el Sindicato de Prensa y en una oportunidad nos llevaron a charlar con un concejal a la Municipalidad. Recuerdo que nos recibio Daniel Katz, que por ese entonces cumplía esa función y hasta nos mostró unos planos en filmina en donde estaban superpuestos los recorridos de la famosa "red deseada" y los actuales (1997-2011), que no han variado en nada o en casi nada.


            Estuvieron meses peleándose por el sistema de pago, hasta que la muerte de un chofer hizo que la tarjeta magnética fuera el único medio de abono sobre el colectivo. Con sus idas y vueltas, el sistema funcionaba. Luego, viendo el pingüe negocio que se estaban perdiendo,ya que en Capital la utilización de monederas les permite el negocio del "cambio", buscaron imponer el pago sobre la unidad, cuando en la misma ciudad Capital muchos colectivos son asaltados para robar no sólo la monedera, sino también al pasajero.

           Pelearon nuevamente con el gobierno comunal y nos endosaron la tarjeta por aproximación, y vuelta a pelear como Tom y Jerry por el costo de la misma, que siempre paga el estoico, callado y manoseado usuario. Y, una vez concretado el nuevo método, se quejan porque los turistas no pueden viajar, ya que no alcanzan las bocas de atención del nuevo sistema. Mi pregunta al pasar es ¿no deberían haberlo previsto? Son empresarios que conocen el movimiento de la ciudad y no es ninguna novedad para ellos, pues sus apellidos son los mismos desde hace por los menos treinta o cuarenta años, y, como cualquier empresario tendrían que haber analizado todas las posibles variables ante semejante cambio.


            Ahora, nuevamente, arremeten con el aumento del boleto. Y, como es su costumbre, la novela eterna volverá a ocupar espacios en los medios: si aumentan el valor del boleto, los choferes pedirán aumento de sueldos, y los empresarios dirán que no pueden solventarlo sin otro aumento, y los del sindicato impulsaran paros sorpresivos en horario nocturno... No soy futurista, soy una marplatense con cuarenta años de vivir siempre la misma historia, una historia en la que siempre el rol de extra, de figura decorativa que no es tenida en cuenta por nadie, es el usuario que calladito la boca sube al colectivo, paga su boleto y, si puede, se sienta en silencio, ya que muchas veces las unidades van sobrecargadas de pasajeros.


           He sufrido en carne propia perder presentismos laborales porque un colectivo pasó "lleno" y siguió de largo, sin detenerse. He salido de trabajar luego de las diez de la noche y tener que pagar un taxi, porque un paro sorpresivo no tuvo en cuenta a toda la gente que finaliza su jornada laboral en comercios, hoteles, bares y un largo etcétera. He pagado callada cada aumento de precios en el valor del boleto, y si aumenta a $ 2.35, viajar será hacer turismo en mi propia ciudad. Una familia común, compuesta por cuatro personas, para ir desde su casa hasta el centro un domingo por la tarde, deberá abonar $ 18.80, considerando el viaje de retorno. Ni hablar de los habitantes de Batán, Sierra de los Padres u otros sectores que pagan un boleto diferenciado, y ya se les hace caro viajar en colectivo solamente para concurrir a sus lugares de trabajo.


           Los usuarios del transporte público de pasajeros somos trabajadores y necesitamos del servicio, pero los dueños de las empresas necesitan del pasajero... cuidenlo.

1 comentario:

  1. mira yo tomo el colectivo todos los dias..en principio cuando subis a la mañana estan mojados y te sentas cuando bajas te das cuenta de que estas humeda...ni hablar del piso mas de una persona mayor se ha caido son un desastre y nunca le preguntes nada mas si es de mañana porque ladran son muy pocos lo que te tratan bien..el otro dia a la tarde subo al cole y en el asiento individual el balde lleno de agua y desde ya todo mojado y quieren 2,35$ por favor donde vamos a parar......mariana

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