sábado, 12 de marzo de 2011

Tipo....naaaa!!!

               Y, sí, total acá no pasa nada! Caminás por la calle y de repente, de la nada, se te abalanza un tipo y con una sevillana en mano te grita que le des todo lo que tengas. Y,o hacés como yo, que me puse a gritar con todos mis pulmones, o te despojás de tus cuatro pavadas (que a vos te cuestan tanto como a mí, porque nadie nos regala nada) y encima le tenés que agradecer porque no te mató y se fue sin hacerte un rasguño!!!!


                ¡¡Pero... no pasó nada!!!...¡¡¡Sí que pasó!!! Pasó que el tipo me sacó algo que hasta hace un tiempo era muy valioso.... me robó la tranquilidad de caminar por la calle!! ¿Te parece poco eso? ¿Te parece poco que ahora cada vez que veo una bicicleta o una motito tiemble como una hoja y me den retorcijones en el estómago? ¿Te parece poco ver a mi madre tirada en el piso, no sabiendo si le habia hecho algo con la sevillana o si se habia dado un infarto, porque no se movía?

            Por cuestiones laborales, he vivido varias experiencias relacionadas a la inseguridad. Sin embargo, esta última, fue diferente. Porque la zona en donde desarrollo mis actividades es una zona catalogada como "peligrosa"... Esta vez, el acontecimiento fue a dos cuadras de mi hogar, cuando nos dirigíamos a realizar unas compras para el almuerzo. Es decir, el mal momento vivido fue para quitarnos apenas treinta pesos (si, $30) y quizá el celular que es un modelo viejito, y lo único valioso que contiene son, precisamente, números de teléfono...

                 Nuestras vidas no valen nada para estas personas que estan esperando no sé qué... Ni siquiera tienen idea de robo... Porque si ves a dos personas a las nueve de la mañana, mucho no les vas a sacar!!! Creo que, si me lo tomo con humor, el intento de delincuente se asustó más con mis gritos que yo con su sevillana!! Pero, hablando en serio, creo que hemos llegado a un límite en el que a partir de ahora cualquier cosa puede suceder. No porque lo diga yo, sino porque cada uno, intimamente, comenzamos a cansarnos de vivir presos de nuestro miedo.

             Les pediría a nuestros legisladores y jueces que comiencen a ver qué hacen antes de que el pueblo empiece a realizar la justicia por mano propia... Lo cual sería lamentable, porque estoy segura de que ninguno desea eso... Perola sensación de impunidad e impotencia en la que vivimos es tan grande, que en algún momento puede estallar y a partir de ahi será una guerra de todos contra todos.


              Nos están robando algo más que celulares, computadores, dinero o autos. Nos están robando la tranquilidad de volver a nuestros hogares y encontrarnos con un desastre. Nos están robando el paseo por la calle, la posibilidad de hacer los mandados. Nos están robando el hecho de mirar a otra persona y simplemente que pase a nuestro lado, sin más, porque aunque no pase nada, el acto de violencia que implica un intento de robo, nos provoca tanto pánico, que ya no volvemos a mirar a nadie de la misma forma. Porque comenzamos a sospechar de todos. Y eso, no es nada!!!









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