domingo, 4 de septiembre de 2011

Fuga (forzada) en pleno siglo XXI

           Los que tenemos algunos añitos recordaremos, seguramente, "Fuga en el siglo XXIII", serie memorable, con película incluída, que relataba las peripecias de dos jóvenes y un robot en ese futuro lejano e incierto. La historia contaba que, al llegar a cierta edad, creo que a los 30 años, los miembros de una sociedad post-apocalíptica eliminaba a los habitantes por considerarlos "viejos". (http://maquinadeltiempo.net/SERIES%20DE%20TV/FUGA%20EN%20EL%20SIGLO%2023/fugaenelsiglo23.html )

           Hace un largo tiempo que esta realidad (sin llegar a la "desaparición" o "asesinato") se ha instalado en nuestra sociedad. Los avisos clasificados imponen un grupo etario para reclutar empleados. Ya sea para evitar una interminable fila de postulantes, ya sea para "mostrar" que se le da oportunidades a los más jóvenes, la gran mayoría de los pedidos de personal ponen el límite en los 35 años. ¿Que debemos hacer, me incluyo, los que superamos esa barrera, durante los treinta años que nos separan de la edad jubilatoria?

          Este límite provoca que muchas personas acepten trabajos pagados de modo informal, sin la correspondiente cobertura médica ni el mínimo derecho a una obra social. Ni hablar del derecho a una aseguradora de riesgos laborales...mucho menos aporte jubilatorio. También provoca que, quienes acepten trabajar en negro, no tengan derecho a vacaciones pagas, a días por enfermedad, y alguna otra cosa que seguramente se me está escapando de la memoria.

          Esta situación también los obliga a aceptar trabajos blanqueados por la mitad de las horas que trabajan, perjudicándose a la hora de concretar la jubilación, ya que el haber estará relacionado al haber percibido durante los últimos diez años de aportes. Si una persona aporta por la mitad de su sueldo...tendrá una jubilación concordante con esa mitad!

         Hubo una época en la que se escuchaban historias de chicos que ingresaron como cadetes y terminaron siendo gerentes o directores de grandes empresas. Hoy en día esos relatos son cada vez más escasos, ya que se priorizan los títulos grandilocuentes de las universidades privadas. Sería bueno que quienes buscan empleados comiencen a ampliar la brecha etaria para darle una oportunidad a mucha gente que tiene la experiencia y las ganas de trabajar.

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