viernes, 16 de marzo de 2012

Diez años y un bebé

Voy en el auto y escucho por la radio algo que me da un escalofrío: en Corrientes, una nena de diez años lleva un embarazo de seis meses, producto de un abuso sexual. Su abusador, un chico de dieciseis años, vecino de la casa de la nena. A pesar de todo, dos víctimas de una sociedad que no mira hacia el interior y sólo registra un hecho estremecedor, como éste, cuando sale a la luz de los medios de comunicación.

Leo en un medio los comentarios a la noticia, y me sorprende que los lectores no se ponen en las circunstancias que rodean este hecho. O tal vez, al haber escuchado a la directora del hospital por la radio hacer una descripción más pormenorizada, yo corro con ciertos privilegios.

Esta nena vive en un paraje que está a algo más de cien kilómetros de una ciudad. Casi no habla español, sólo guaraní, lo que hace difícil que comprenda bien cuando se le explica qué le está sucediendo a su cuerpo. Su mamá tiene otros hijos, el último nacido hace apenas un mes, razón por la que no se dio cuenta de los cambios que estaba presentando la niña. Un hemano apenas mayor, la cuidaba (como podía, supongo yo) mientras la madre se iba a vender los quesos que fabricaba. (Por favor, les pido que no imaginen que la mamá de esta nena tiene un mini tambo, y que sus productos son elaborados con algo de tecnología, ni que sale a recorrer comercios con una camionetita refrigerada).

Sigamos razonando. Esta mujer no manda sus hijos a la escuela. ¿Cómo lo deduzco? Simple, porque a los diez años, esta chiquita casi no habla español!! Señal de que tampoco los ha llevado a los controles médicos!! En consecuencia, esta señora es una olvidada de todo el sistema asistencial tanto de la provincia de Corrientes como de la Nación...¿Por qué? Porque la exigencia para cobrar la asignación universal por hijo es, precisamente, presentar las constancias de asistencia a la escuela y de los controles médicos obligatorios!!!

Sin herir susceptibilidades, estos chicos son criados casi como animalitos y responden a sus necesidades fisiológicas en plena naturaleza. Nadie se asusta de que nuestra mascota a los seis meses tenga cachorros (mil disculpas por la comparación, pero no se me ocurre otra). Estos chicos, viviendo en parajes en donde me imagino no debe llegar la televisión satelital con que se benefició a Salustriana (la señora de La Quiaca con quien la presidente mantuvo una teleconferencia, cuando presentó la llegada de internet y otros beneficios tecnológicos), no deben tener mucha idea ni de educación sexual, ni de cómo cuidarse, ni de nada.

En este tema, fallaron muchas cosas. Falló que nadie se acercara a este paraje para informar de los beneficios de la asignación universal por hijo. Claro, tal vez tampoco tengan DNI, ni el nuevo, ni el viejo, porque muy probablemente, en este paraje poca gente compra diarios, o escucha radio.
A muchos de nosotros este panorama se nos hace difícil de comprender. Tenemos a mano muchos medios para acceder a la información: diarios, radios, televisión, internet, celulares con aplicaciones a los grandes medios. Se nos hace difícil entender que existan lugares en la Argentina en los que aún se viva como si estuvieran en la Edad Media. Sepamos que no sólo no tienen acceso a la tecnología, no tienen acceso a la salud, ni a la educación.

Recuerdo un programa de Chiche Gelbung, (no me gusta su estilo amarillista, pero ese informe fue muy real) en el que se trasladaron a un lugar en el interior de una provincia, en donde la forma de cocinar era un fogoncito en el piso, el baño era un agujero en la tierra a algunos metros y la vivienda, casi una choza que apenas resistiría un temporal. La mujer protagonista apenas tenía 25 años, y ya no tenía dientes debido a que su cuerpo se fue descalcificando con los embarazos, y hablaba como si ya nada esperase de la vida.

Algún comentarista de la nota de un diario, se preguntaba por qué no había utilizado la pastilla del día después. Este comentarista no se ponía en situación. No alcanzaba a comprender que esta nena, ni su familia, ni nadie que viva en parajes similares en el interior del país, no tienen una farmacia cerca. Ni siquiera tienen una salita o centro sanitario próximo, como para hacerse un control. Pensamos con nuestra mirada urbana, sin darnos cuenta de que ellos no tienen todo al alcance de la mano, o en el imán de la heladera. Allá no se puede llamar al delivery cuando se les antoja y que la motito les lleve lo que necesitan.

Lamentablemente estos casos son mas frecuentes de lo que pensamos. Suceden más a menudo pero no llegan a la tapa de un diario de tirada nacional. Esta nena correntina no es la excepción a la regla. Esta nena es una más de las muchas que, seguramente, tienen a sus hijos en sus casas, tan indocumentados e ignorantes como ellas y sus propios padres, que guardan el secreto del deshonor de sus hijas fingiendo que el vástago es propio, y continúan viviendo en un mundo marginal, real y doloroso, al que somos ciegos porque vivimos en un mundo totalmente opuesto, lleno de comodidades, confort y un acceso a la información que nos impide comprender que el otro no sepa.

Cada tanto salen a la luz casos de jóvenes abusadas en comunidades originarias, que quedan ahí, en la nota del suplemento semanal de un medio, al que hay que conocer para entrar, porque la nota no está en la tapa, ni en la primera plana.

Diez años y un bebé son la prueba de que al sistema asistencialista que rige a nuestro país, le falta mucho para ser "para todos".

4 comentarios:

  1. Hola Cristina! Muy acertado tu comentario y habria que decirle a ese comentarista que dijo porque no se tomo la pastilla del dia despues, que tal vez es tanta la ignorancia de esa familia que seguro ni saben que existe!!!! Me parece que la ignorancia es generalizada, en algunos casos... No solo de la gente que vive en chozas y super alejados de la ciudad, sino de gente que habla porque el aire es gratis. Saludos!!

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  2. Gracias, Paula!!! Es muy cierto lo que decís...la ignorancia no existe solamente en los parajes alejados de nuestros país...existe en los grandes centros urbanos, al no entender la realidad durísima que viven en esos lugares!! Gracias por tu aporte!!

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    1. Tan lamentablemente cierto y real como la soberbia de quienes con absoluta ignorancia evalúan, comentan, califican y enjuician "datos crudos" que convierten en noticias. La desigualdad silenciada supera ampliamente a la que tiene voz...Marta Pareta

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    2. Gracias, Marta!! Realmente algunos periodistas, al escribir una nota, deberían dar datos sobre el nivel de vida de quien protagoniza ese escrito, para que quien lo lee pueda opinar con criterio, o encerrandose en el modo de vida de quienes tenemos acceso a la tecnología!

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