lunes, 20 de agosto de 2012

El señor que nunca votó

Hace unos días, en mi clásica recorrida laboral, en uno de mis clientes se produjo una conversación sobre la inseguridad y otros temas de actualidad. Un comprador de mi cliente se metió a opinar, hombre grande, tal vez 60 años, y muy suelto de cuerpo, ante un comentario mío, dijo: "yo, desde los 18, habré votado 2 veces"...


Convengamos, hay cosas que mejor las digo por escrito, relajada, y después de dos o tres días de reflexión, cuando la "calentura" se me baja, y tengo la mente más clara...En ese momento le hubiera contestado una sarta de barbaridades, parecidas a las que digo aquí, pero menos reflexivas!!



El señor no votó más que dos veces desde que tiene edad legal para hacerlo...Ahh...¿pero se queja de la inflación, de a inseguridad, de la corrupción y de muchos otros temas, en los que cuando debió emitir su soberana opinión, no lo hizo, y permitió que otros eligieran en su lugar? Porque el famoso 54% se toma en cuenta de la cantidad de votantes reales, y no sobre la totalidad de padrón electoral. Habría que ver, en número reales, cuántos argentinos estábamos en condiciones de votar, y cuántos realmente lo hicieron...

Lo pongo en un ejemplo más fácil. Si de 100 personas, concurren 75, el porcentaje para saber con cuánto se ganó NO TIENE EN CUENTA A LAS 25 PERSONAS QUE NO CONCURRIERON A VOTAR, por las razones que fueran...Y, a nivel nacional, esos número tienen suma importancia.


Volviendo al señor que no votó más que dos veces en su vida, se suma el caso de mi vecino que se adhiere a la ley que dice que quienes tienen más de 70 años no tienen obligacion de hacerlo...y como debía emitir su voto a casi 35 kilómetros de su lugar de residencia, se quedó comiendo asado en su casa. Sumado a la chica que debía viajar a otra localidad, porque aún no figuraba su nuevo domicilio en los padrones. Más el pibe que dijo "no pasa nada", y calculando varios que se escudaron en la ley "501", y como ocurrió en otra elección, se alejaron 501 kilómetros para justificar su no participación en los comicios....


Y esto lo asocio a un cartel que ví en otro comercio, relativo al tema de la inseguridad, en donde expresaba "si no te quejás, después no te quejés"...un juego de palabras en donde se pide salir del silencio miedoso del "no te metás" para reclamar por la seguridad que nuestros gobernantes nos deben.


¿Cuántas personas que no participaron de las elecciones ayudaron a crear el famoso "54%"? ¿Y cuántas de esas personas, hoy se lamentan por el cepo al dólar, por la falta de seguridad, por el manoseo de las causas en donde nuestros representantes están siendo investigados y esas causas son "cajoneadas", por la corrupción? Cuando nos quejamos, ¿somos conscientes de que no participamos cuando debíamos hacerlo, y que ahora ya no se puede cambiar nada, al menos no hasta dentro de tres años? Y dentro de tres años, ¿qué actitud van a tomar? ¿Preguntarse "qué cambia con mi voto"?


Lo mismo va para el voto en blanco, o el impugnado. Quienes no saben qué hacer, poner un voto en blanco o impugnarlo con dos boletas de distintos candidatos es equivalente a una abstención y que decidan otros por él/ella. Ese "yo no me meto en política" es la misma negación de ser político que tiene cada ser humano, porque cada acto de nuestra vida es un acto político. ¡Somos seres políticos, y eso lo dijo Aristóteles, un sabio griego...hace más de 2.000 años!!


Ése voto, tal vez no cambie nada, pero la suma de esos votos puede hacer la diferencia. No voy a decir a quién votar, ni digo a quien he dado mi voto, pero sí creo profundamente que el acto más importante de nuestra vida está ligado a esa elección, que es la oportunidad que tiene el pueblo de manifestar su acuerdo o desacuerdo con la forma que tiene de dirigir el país determinado sector partidario.


En 2013 son las legislativas, la oportunidad que tenemos de modificar la composición de Senado, la cámara de Diputados, los honorables concejos deliberantes...o de dejarlos como están. Que la decisión sea nuestra. No nos quejemos, si no nos manifestamos.

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