miércoles, 26 de septiembre de 2012

¿Qué se llevan cuando nos roban?

Cuando uno o más delincuentes comete un delito, se lleva algo más que dinero, efectos personales o electrodomésticos. Se llevan más que un auto o un par de zapatillas, incluso más que un celular. Los ladrones no se van solamente con nuestros ahorros, o alguna campera. No, se llevan mucho más.

Se llevan nuestro esfuerzo de mucho tiempo, porque adquirir un teléfono móvil representa un sacrificio, la gran mayoría lo pagamos mes a mes, en cuotas que incluyen intereses lo que hace que los abonemos más caro, pero queremos darnos ese pequeño gusto...o simplemente tener una mejor herramienta de trabajo, dada las funcionalidades de los nuevos aparatos.

Cuando se roban un auto no se llevan solamente el coche. Se llevan (o nos dejan) muchos trámites que hacer, porque los seguros tienen que ver bien si realmente nos robaron, en qué condiciones. Además de complicarnos la vida, porque muchos utilizamos el automóvil para trabajar, para ganar unos minutos al sueño, para poder atravesar la ciudad más rápido mientras llevamos a nuestros hijos a la escuela, o llegamos más rápido a nuestros trabajos. Ni el auto ni el teléfono celular son hoy en día "elementos suntuosos", son elementos que muchos necesitamos para poder cumplir con nuestras obligaciones.

Cuando nos asaltan no roban la tranquilidad que nos daba nuestra calle, nuestro barrio, la plaza de la esquina o el almacén del barrio. Porque esos lugares nos daban confianza, nos sentíamos, justamente, seguros, y alguien invadió y quebró esa confianza y seguridad. Lo lamentable es que pareciera que nadie le presta atención a eso "otro" que nos roban.

Muchas veces escuchamos hablar a otros y dicen que la clase media es "oligarca", que quienes protestan por el cepo a los dólares sólo piensan en sus vacaciones en ciudades fuera del país. Que quienes exigen en cada cacerolazo/marcha/banderazo tienen intención de "desestabilizar" al gobierno...Hace un tiempo balearon a Fenando, provocándole serias heridas en el abdomen. Hace unos meses mataron a Jorge, anoche mataron a Alberto. Conocí a los tres. Comerciantes, trabajadores, tipos que le metían horas a su trabajo, sin domingos ni feriados. Con sus familias a cuestas, buscando darle a sus hijos una vida mejor, educación. Peleando para pagar los impuestos, sacando cuentas para cumplir con sus obligaciones. Dándole vueltas a todo, para no descapitalizarse. Sufriendo muchísimas veces robos. Enrejados, con timbres, con puertas ventanas. Pero buscando la forma de continuar brindando atención a sus clientes, que a la vez son sus vecinos.

Cuando nos roban, se llevan la vida de nuestros seres amados. Y quedamos sin saber qué hacer, para dónde ir. Se nos llevan mucho más que dinero: nos llevan años de sacrificios, de esfuerzos, de lucha, de sacar cuentas para poder llegar a fin de mes honradamente. Y nos dejan un vacío inmenso, la ausencia inexplicable de ese compañero que teníamos al lado. Y nos dejan también la sensación de fragilidad ante la vida, porque cualquiera, en un segundo, nos arrebata lo más sagrado que teníamos.

¿Qué se llevan cuando nos roban? Se nos llevan muchas cosas, algunas podremos recuperarlas, si pagamos a una aseguradora para ello. Pero no existe aseguradora en el mundo que nos devuelva el abrazo o la sonrisa del ser amado que nos arrebataron.

1 comentario:

  1. En memoria y homenaje a todos los comerciantes, estudiantes, trabajadores, ancianos, jóvenes, niños, hombres, mujeres asesinados en mi ciudad, Mar del Plata, por culpa del delito y la falta de políticas serias de parte de quienes nos gobiernan y quienes deben protegernos y brindar justicia. Son tan culpables como quienes tiraron del gatillo. Estas muertes pesan en su consciencia.

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