jueves, 2 de enero de 2014

A la buena de Dios.

La primera nota del 2014 debería tratar sobre cómo lo pasamos el 31 por la noche, qué expectativas tenemos sobre el año nuevo por venir, cuánto comimos, si disfrutamos con nuestros seres queridos un momento del año tan particular como el cambio de almanaque, qué sueños e ilusiones tenemos y algún que otro balance general sobre el 2013, qué metas alcanzamos y cuáles nos quedan pendientes.

   Pero (qué palabra fea para comenzar el año!) suceden cosas a nuestro alrededor que hace que el ciclo continúe ininterrumpidamente sobre ciertos asuntos...Por ejemplo, la inseguridad que nadie resuelve, un tema sobre el que todos los gobernantes y funcionarios hablan y ponen caras de circuntanscias pero que, a la hora de los bifes, se lavan las manos y le tiran la papa que quema al (ir)responsable más cercano, próximo superior o subalterno, que a su vez se la pasa a otro, y a otro, y así infinitamente, sin ponerle el cascabel al gato, sin juntarse entre todos los que tienen el poder de ver cómo darle un principio de solución y mientras tanto, los ciudadanos que votamos y pagamos impuestos seguimos sufriendo las consecuencias, muchas veces fatales, de la desidia y falta de interés de quienes están involucrados en el tema.

   Ayer una amiga me contó un hecho que le ocurrió en la misma mañana de Navidad. Tiene por costumbre salir a caminar antes de iniciar su jornada laboral, aprovechando la tranquilidad y para despejarse la mente. Dos motochorros la increparon y al no encontrarle nada (la manosearon bastante a ella y a otra mujer con la que estaba) tras arrojar un manojo de llaves a un jardín, el delincuente le pegó una bofetada. LLorando me dijo "nos obligan a dejar de hacer lo que nos gusta, me van a obligar a comprar una bicicleta fija, y no conté nada en casa porque no me van a dejar salir a caminar, algo que me hace bien a la mente y al físico".

    Y, obviamente, caemos en el lugar común de decir "agradecé que no te pasó nada", "sólo fue un susto" o, como dijo la mujer con la que realiza esta actividad "empecemos a llevar algo de plata, así se llevan algo y nos dejan en paz". ¿Por qué? No hay nada que agradecer, porque la angustia y el mal momento no se los quita nadie, porque la humillación sufrida al recibir el cachetazo no se la olvida facilmente y porque el silencio ante sus seres queridos sobre lo ocurrido, buscando continuar con sus actividades normales, son semejantes a las sufridas por las víctimas de violencia de género esperando que "todo cambie" algún día.

  Peor fue la respuesta de una persona vinculada al tema de la seguridad en la zona, un forista, al responderme "no quiero desilucionarte, pero estamos a la buena de Dios", explicándome que nada puede hacerse mientras los funcionarios que tienen que realizar cosas, se miran el ombligo, sin ver cuál es la realidad que sufrimos los marplatenses TODO EL AÑO. (Y que por más que en los medios se publiquen la mitad de las cosas que ocurren, o sólo los hechos más resonantes, todos los días hay asaltos, entraderas, arrebatos y demás yerbas de las que muchas veces no se realizan las denuncias porque no se llevaron gran cosa y para evitar el engorroso papelerío y demás trámites que hacen perder tiempo y de los cuales pocas veces se ven los resultados...y esto no tiene nada que ver con el trabajo policial, sino con el mismo sistema judicial que libera delincuentes a diestra y siniestra).

   Le agradezo a esa persona su sinceridad, sin embargo, me gustaría saber que exigió un móvil para la plaza en donde todo el barrio sabe que se juntan banditas, que hay arrebatos y robos; me encantaría enterarme que movió cielo y tierra para que en la zona se instalen cámaras de seguridad para que los patrulleros acudan inmediatamente y puedan detener a los delincuentes apenas cometido el hecho. Me gustaría saber si, como vecino y en compañía de otros que ocupan una silla en el foro de seguridad, están dispuestos a hacer las denuncias correspondientes y las investigaciones pertinentes ante la falta de respuestas tanto del intendente como del gobernador sobre la falta de recursos que existen en el tema.

   Y, no nos olvidemos, que una de las patas del problema es la extrema liviandad con que el sistema judicial trata a estas "víctimas del sistema", a estos "excluidos sociales", a estos, para muchos "pobrecitos que no tuvieron oportunidades" que mientras tanto afectan la vida de miles de ciudadanos tanto física como psicológicamente.

   ¿Mi deseo para el 2014? Que se termine la impunidad a todo nivel, que los ciudadanos que cumplimos con las leyes y las normas de convivencia, podamos salir tranquilos de nuestras casas y volver sin problemas, que no tengamos que mirar para los cuatro costados para ingresar a nuestros domicilios. Que quien comente un delito, sea detenido y procesado como corresponde, que si es menor, la "Justicia" haga lo que corresponda para ALEJARLO del delito y no soltarlo y devolverlo a su familia, que es muy probablemente en donde aprovechan la impunidad de su edad para que el pibe entre y salga por la famosa puerta giratoria. Que de una vez por todas, los involucrados en el tema se pongan los pantalones largos y hagan lo que se deba hacer para empezar a solucionar el tema. Que de una vez y para siempre, dejemos el miedo, el egoísmo y la conveniencia de lado, para que el apodo de nuestra ciudad no sea sólo un slogan publicitario para atraer turistas, sino una realidad...Porque buscando una solucion al problema de la inseguridad es la UNICA forma de volver a ser eso que hace tiempo dejamos de ser, "la ciudad feliz".

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