martes, 7 de marzo de 2017

¿Quiénes están detrás de la pantalla?

Hace un par de días una amiga se conectó a una página de chats para "boludear" un rato. Era domingo por la tarde, no tenía nada para hacer y al encender la computadora decidió charlar con alguien virtualmente.
Ingresó en un espacio en el que no piden datos y se puede poner el apodo que se nos ocurra. Se puede poner una foto, un avatar predeterminado o nada. Puso su nombre a medias y, como había otros participantes que habían elegido la mismo forma de reconocimiento, el suyo llevaba el número doce acoplado.

No puso ni foto ni avatar e ingresó. "Marian12" podría ser hombre o mujer, adulto o menor. Esperó y de repente se abrió una ventana de chat. Un hombre la saludó. Su siguiente frase fue "´¿tenés 12 años?". Mi amiga le contestó que no, que tenía 46 y si él chatearía con una niña de 12 años. El participante nunca respondió y desapareció del chat.

Se indignó. Se enojó. Pensó en cuántas chicas podrían estar expuestas a esos hombres que buscan presas a través de las redes. Al día siguiente decidió volver a ingresar, usar el mismo apodo en la sala de chats y fingir que tenía 12 o 13 años, para ver qué le decían y cómo reaccionaban estos personajes.
Los ¿hombres? la saludaban, preguntaban si realmente tenía esa edad y una vez que mi amiga les confirmaba su "minoridad", arremetían con comentarios sobre su belleza (que no veían porque nunca usó una foto) y poco a poco iban realizando comentarios más picantes.

Me envía una captura de pantalla de una conversación, enojada, y le pedí que siguiera con el chat, para ver hasta donde llegaba el tipo. Los tipos. Porque lo indignante, además de los comentarios obscenos que hacían, fue que en cada ventana de chat se repetía más o menos el mismo esquema. De hecho, para confirmar quién estaba detrás de esa conversación, ante un pedido de una foto a mi amiga, ella le hizo la contrapropuesta. Y tuvimos la foto del "señor". Un hombre de, efectivamente, 50 años. Ningún problema en reconocerlo.

Muchos padres confían en que sus hijos (porque los varones no están exentos de pasar por estas situaciones) cuando están enfrente de la computadora saben los que hacen. Los chicos dicen que saben lo que hacen y los adultos los dejan expuestos a cualquier persona que quiera conectarse con ellos.
Muchos padres habilitan perfiles en las redes varios años antes de que los hijos tengan la edad para ingresar a esos espacios. Mienten la edad y listo. He visto perfiles de criaturas de 12 años publicando a la madrugada frases en forma pública diciendo "mg y te paso mi cel por mensaje", más de mil contactos. ¿Sabe quienes son? ¿Un chico de esa edad puede tener más de mil conocidos? ¿Cuántas veces aceptamos perfiles comerciales, nombres fantasía, gente que no sabemos quiénes son o de donde vienen, con el pretexto de que "es amigo de..." un contacto al que tampoco le preguntamos si realmente lo conoce?

Los pervertidos están ahí, agazapados, esperando que su presa baje la guardia. No hay nada que les pueda impedir ponerse en contacto y tratar de meterse en la vida de un chico y, así como mi amiga decidió mentir su edad para observar qué le decían y cómo reaccionaban los hombres en la sala de chat, muchos hombres tambien pueden hacerlo para conectar con menores.

Vigilemos a nuestros hijos, sepamos quiénes estan detrás de la pantalla, expliquémosle que ellos no pueden ni deben hablar con extraños, ni en la vida real, ni en la virtual. Enseñémosle que no deben exponer información sobre sus vidas, sus estudios, donde viven, qué tienen ni a qué se dedican sus padres. Preservémoslos y evitemos dejarlos expuestos a estos enfermos que no les importa nada su vida ni su integridad.

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