jueves, 9 de marzo de 2017

¿La violencia al poder?

No soy una fanática de los Beatles, pero sí sé que John Lennon quería que la imaginación asumiera el poder, para lograr un mundo diferente, con más posibilidades, en donde todos tuviéramos nuestro espacio y pudiéramos usar todas nuestras potencialidades al máximo. Al menos eso es lo que me sugiere esa frase.
Lennon fue un exponente de un estilo de pensamiento que promulgaba la paz. Y confieso que me hace cierto ruido esa gente que usa el famoso símbolo de la paz, la frase de Lennon y termina destrozando todo a su paso.

Veo por las redes lo acontecido en nuestro país y en el mundo con las marchas en conmemoración por el día de la mujer y leo que Argentina fue EL ÚNICO PAÍS en donde se produjeron incidentes. Lindo antecedente, no? Mujeres que piden que no las maten, que no las violen, que no las maltraten, realizando pintadas degradantes hasta para ellas mismas, usando precisamente la violencia como forma de reclamo.

¿Tiene la culpa el kiosquero al que le rompen una vidriera de su situación? ¿Los propietarios de las casas que sufren las pintadas? La sociedad en su conjunto sufre un síndrome violento e intolerante, que nos lleva cada día a ser testigos de circunstancias en donde la única solución a cualquier conflicto es golpear, romper, matar. Ya no es la ley de la selva ni la del más apto, es la ley del que pega primero y más fuerte, o del que grita más alto. Incluyendo a estas mujeres que dicen representarnos.

¿Esas mujeres realmente fueron víctimas de la violencia de género? ¿Saben lo que es padecer a una pareja violenta? ¿Realmente han sufrido la denigración por parte de un miembro de su familia para encontrar en la violencia la única solución?

Veo una imagen. Una que me duele. Una que me molesta. Que en cierto sentido me insulta. No por el contexto religioso. Por la otra violencia que significa esa imagen. No la voy a compartir, porque es darle más entidad a esas personas que piensan que a través de estas "puestas en escena" ganan algo.

La foto la comparte un contacto y es una representación de la Virgen María realizándose un aborto. Con el manto manchado de sangre, con un falso feto sostenido por algo que semeja un cordón umilical. Reclaman por una ley que permita el aborto libre y gratuito, para evitar las muertes de miles de mujeres que se someten a prácticas clandestinas, pagando fortunas en muchas ocasiones o en situaciones de vulnerabilidad tremendas.

¿Saben estas mujeres lo que pasa por el cuerpo, la cabeza y el alma de una mujer que debe someterse a un aborto? ¿Piensan que es como tomar una aspirina y ya está? El trato de una legislación que permita esta práctica debe realizarse en el Congreso, ¿qué tiene que ver la Iglesia? Es cierto, nuestra Constitución Nacional sostiene el culto católico (art.2) y protege a la vida desde la concepción. ¿No sería más lógico buscar acuerdos con legisladores, proponer el tratamiento de la ley, buscar en último caso una enmienda a nuestra Carta Magna, en vez de romper todo para lograr ser escuchadas?

La violencia mostrada en las ultimas marchas y encuentros provoca la antipatía hasta de las propias mujeres que no adherimos a esas formas, por más que las causas sean absolutamente reales. Porque es verdad que la justicia no acude en ayuda de las mujeres. Porque es absolutamente cierto que no se educa en el respeto al otro. Porque el problema es mucho más profundo de lo que creemos y no se resolverá hasta que nos convirtamos en una sociedad madura.

 Porque, lamentablemente nos falta mucho camino para lograr el consenso y la paz. Porque estas manifestaciones, en donde parecería que la violencia quiere llegar al poder, es la muestra de que no estamos preparados para vivir en una verdadera democracia. Nos falta. Y mucho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario