miércoles, 11 de julio de 2018

Justicia lenta no es Justicia, para todos y "todas".



Muchos se asombran por la celeridad que tuvieron los jueces en condenar a Nahir Galarza por el asesinato de su novio Fernando Pastorizo.  De hecho, algunos movimientos salieron a protestar por que consideran que esa rapidez se debe a que Galarza es "mujer", el patriarcado "hetero-falo-patriarcal" y demás.  Ellas se olvidan que en la misma provincia y con similar celeridad, los asesinos de Micaela García también fueron juzgados. Y se cae el argumento feminista.

Hoy, tras ocho años, se condenó a  Daniel Lagostena por el crimen de Erica Soriano, a 25 años de cárcel. Y las feministas saltan que es injusto no darle la misma sentencia con la que se condenó a Nahir.

Diferencias:

* Galarza confesó el delito, más allá de las argucias que usó para victimizarse. Hay un testigo que la vio irse. Está el arma asesina. Y, sobre todo, hay un cuerpo que "habló" en una autopsia.

*Lagostena jamás dijo que mató a Erica Soriano. No hay arma, no hay testigos y, lo más grave de todo, no hay un cuerpo que cuente a los especialistas cómo fueron sus últimos instantes y de que forma terminó su vida.  Sin cuerpo, no hay caso, es una frase muy escuchada en temas criminales.

Puede molestarnos la poca condena dada a Lagostena, sin embargo esa condena tiene más que ver con el clima social que con una confirmación irrefutable de que sea el autor del crimen. Aunque nosotros, la familia, los amigos, tengamos la certeza de que fue él, de que la mató y de que se deshizo del cuerpo gracias a sus contactos con la casa fúnebre que posee horno para realizar cremaciones.

La justicia nunca es justa. Después de 16 años se realizará POR PRIMERA VEZ la reconstrucción de la muerte de María Martha García Belsunce.  DIECISEIS AÑOS en los que la a pruebas tal vez se borraron, los testigos pueden acusar falta de memoria y acordar claramente qué decir para que todo concuerde com sus versiones anteriores.

Carlos Carrascosa fue detenido y sobreseído por la muerte de su mujer, más allá de sospechas y suspicacias.  Ignoro si sirve realizar esa diligencia a estas alturas, e ignoro si un determinado resultado tendría algún sentido,ya que legalmente el asesinato habría prescripto.

Ante estos casos me pregunto cuánto demorarán las pericias e investigaciones para saber quién mató al fiscal Alberto Nisman, si es que alguna vez lo sabemos. La justicia no sabe de sexos o géneros. Sabe de presiones sociales y condenas que les convienen, aunque legalmente no sean justas.

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