jueves, 23 de septiembre de 2010

Los nombres de la lista de la inseguridad

           Uno más en la lista y van... La inseguridad sigue golpeando duro. Nos balean por diez pesos, o por no tenerlos. Nos quitan en un abrir y cerrar de ojos lo que nos ha costado años de esfuerzos, sacrificios y privaciones. Y lo peor, es que nos dejan el miedo, los golpes, el dolor y, en el peor de los casos, la ausencia de un ser querido.

           Marchamos por Danila. Marchamos por Franco. Marchamos por Isidro. Y seguimos marchando pero parece que nuestras voces no son escuchadas o los recursos no son los suficientes. Los patrulleros no alcanzan, los efectivos policiales no son los suficientes. Y tampoco alcanzan rejas, alarmas u otros medios de seguridad.

         Vivimos tras las rejas de nuestros miedos. Armamos estrategias para llegar a nuestras casas de noche y no ser sorprendidos por los delincuentes. Inventamos claves para avisar de nuestra llegada o para alertar de la presencia de gente extraña rondando por nuestro vencindario. Cualquiera que llame por teléfono o golpee nuestra puerta puede ser un sospechoso.

        Y además agradecer cuando no hay heridos o muertos. Pero la herida psicológica que deja un asalto no se cura tan fácilmente. El pánico dura mucho más tiempo. Y ni hablar del dolor ante la pérdida de un ser querido que, además, queda impune porque el delincuente era menor o porque no hay pruebas suficientes o, simplemente, no se pudo dar con los agresores.

         ¿Tierra de nadie a la que de a poco van abandonando los que pueden radicarse en el exterior? Hace algunos años fue la emigración por la crisis económica, ahora parece que la emigración se da por razones de seguridad.

          Ignoro si en el exterior el nivel de violencia o inseguridad es igual, inferior o superior al de la Argentina.  Pero sí sé que casi todas las semanas hay un muerto en el país a consecuencia de un delito. Y uno comprende los pactos internacionales y todos los acuerdos firmados por el Estado en defensa de los derechos humanos, pero mi pregunta y la de muchos que vivimos y trabajamos para tener una vida mejor es ¿Y mis derechos humanos, donde están? ¿Quién los defiende? ¿Quién me asegura que mi nombre no será el próximo de la lista de  marchas contra la inseguridad?

        

      

3 comentarios:

  1. a veces es tan dificil expresar con palabras las cosas que nos pasan. uno se acostumbra a todo, aún a cosas que cuando busca las palabras para describirlas, parecen demenciales... gracias por este artículo de opinión... un bso

    jorge penin

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  2. Y si hablamos un poquito más de la raíz de todo esto ?
    Todas marchas por la inseguridad, nunca por la desigualdad?
    Comprendo el reclamo, yo también sufrí robos y pérdidas. No entiendo la manera de encarar las cosas ni de que es lo que buscan.

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  3. Gracias por los comentarios. Y para quien escribió el segundo comentario, si, es verdad que la desigualdad tiene mucho que ver con la inseguridad... Aunque los que mataron al bebé de Carolina Píparo no creo que hayan sido indigentes ya que contaban con una buena planificación. Los delincuentes que tenemos, sobre todo los menores, han padecido gobiernos totalmente desinteresados por la educación y el ejemplo del todo vale dado por esos mismos gobiernos ha generado una severa crisis de valores. A decir verdad, el tema dá para mucho...

    Cristina Vañecek

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