viernes, 3 de diciembre de 2010

La ciudad detrás de las vallas

             La Cumbre Iberoamericana que se realiza en Mar del Plata nos muestra un impresionante operativo de seguridad. Todas las fuerzas estan presentes desde el aire, el mar y la tierra. Helicópteros, botes, perros, y las ya conocidas vallas. Las mismas que crearon un enorme perímetro hace unos años atras, que mantuvo a los grupos que protestaron lejos de los presidentes, pero que no impidieron que el último día destrozaran muchos comercios cuyos propietarios no tenian nada que ver con lo que estaba pasando entre los mandatarios reunidos.



            Impresionante operativo de seguridad que, ante los ojos del mundo, va a mostrar una ciudad irreal. Una ciudad que, detrás de las vallas, presenta una realidad muy diferente. Impresionante operativo de seguridad que debería comenzar a plantearse desde otro aspecto, para los habitantes de la ciudad, que trabajan todo el año y son los que realmente sostienen los gastos que todo este operativo requiere.


            Trabajo como vendedora para una distribuidora desde hace varios años. Y siempre me moví en barrios periféricos, sin preocuparme mucho. Pero, desde hace unos meses, me tocó vivir varios hechos de inseguridad. En uno de ellos, un tirotero a las 9:30 de la mañana, el patrullero demoró más de treinta minutos en llegar. Los otros, fueron dos asaltos, con quince días de diferencia y tres cuadras de distancia, a las 12:30 del mediodia, en plena avenida.


             La sensación que queda despues de un hecho delictivo es horrible. Cuesta muchísimo volver al lugar en donde se pasó el mal momento. Ver personas con las características de los ladrones hace que se te suba un nudo a la garganta y te provoca un dolor impresionante en el cuerpo. Lamentablemente, el miedo va ganando la partida. Y la impunidad tambien.


             G. una de mis clientas, fue asaltada hace una semana. Y tambien hace casi un mes. Y no sólo les roban dinero, tambien cigarrillos, tarjetas de teléfono y efectos personales. Además de la tranquilidad. M., que tenía un pequeño autoservicio, decidió cerrar y trasladarse a otra zona que le ofrezca más tranqulidad luego de que lo asaltaran varias veces (en una de esas oportunidades, yo estaba dentro del negocio, y fui testigo del mal momento vivido). S. tiene un polirrubo con cobro de impuestos, este servicio no le deja mucha ganancia, pero lo utiliza para atraer clientes. Tiene portero, reja con portero, instaló rejas dentro del negocio sobre los mostradores. Al no ser suficiente, colocó sobre esa reja tres vueltas de alambre de púas. Igualmente, los ladrones se las ingeniaron para robarle. La peor parte es que el seguro le cubre apenas una parte del dinero robado y ella debe hacerse cargo de la diferencia ante la empresa de cobros de servicios.


            V. tiene un comercio de productos de granja, hace una semana fue la nueva víctima, ya que venía salvandose de los asaltos. Una floreria tambien fue asaltada, uno de los empleados terminó con un culatazo en la cabeza. Una tienda de ropa femenina sumó a las firmas. Y L. un ciber en donde viví hace un mes un asalto, volvio a ser robado esta semana. Tiene los videos de todos los asaltos. No sirven de nada. Y el seguro que paga, duda si es verdad que tenía la suma infima de dinero que le quitaron. Ya casi no denuncia los robos, porque se cansó de todo el tramiterío que debe realizar, y nunca encuentran a los ladrones.


              Pero existe una novedad. Los ladrones trabajan para otro. En la zona se vio una camioneta nueva, conducida por un hombre canoso, a la que suben los malhechores cuando salen de los negocios que asaltan. Se esconden en la caja, en la parte de atrás, y cuando llega la policía, por supuesto que no los encuentra. También se esconden y escapan en un coche gris. Salen de la zona, y cuando los representantes de la ley se van, vuelven. Los que roban, son los mismos chicos. Algunos han visto las filmaciones de L. y los han reconocido. Pero, como son menores, entran y salen, mientras los adultos los trasladan y proveen de armas. Un negocio redondo.


             Todo esto sucede en la zona que abarca desde Vertiz hasta Mario Bravo y desde Galicia hasta Ratery. Y no me cabe duda de que ocurre en otros lugares de Mar del Plata. La verdadera ciudad que se oculta detras del vallado que protege a los presidentes. Y está bien que los protejan, pero estaría mejor que todos nos sintieramos cuidados y protegidos, seguros de que nuestros esfuerzos cotidianos no se los van a llevar unos chicos, que trabajan para otros exponiendo sus vidas y haciéndose desde tan jóvenes un prontuario. Todas las autoridades deberían actuar de alguna forma para comenzar a ponerle un freno a esta impunidad en la que vivimos todos los habitantes de la ciudad. Para que la próxima vez que se realice un encuentro tan importante, no existan tantas diferencias entre un sector de la ciudad y el otro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario