jueves, 29 de septiembre de 2011

Pegarle al maestro


 Cuando yo era niña, siempre me dijeron que la escuela era mi segunda casa, y la maestra una segunda mamá. Y si yo hacía algo, o no estudiaba, o mis padres eran citados, a ninguno de mis padres se les ocurrió agredirlos, mucho menos pegarles. No es la primera vez que suceden estos casos. Sin embargo, un acto totalmente repudiable por parte de una madre que junto a su hijo le dio tremenda golpiza al director del colegio volvió a poner el tema a debate.

  ¿Qué sucede por la cabeza de una madre (o de un padre) que en lugar de buscar corregir la mala conducta de su hijo, culpa al docente y termina con semejante acto de violencia?

  ¿Qué ejemplo se le pone a ese chico? Obviamente que el alumno se sentirá alentado a aplicar palos y piñas a cualquiera, ya que son sus propios padres quienes los habilitan, haciéndoles creer que está bien!!

   La violencia no es un camino hábil para el todo vale. Y si queremos una sociedad justa y equitativa, sin discriminación, debemos empezar por la educación...pero por la de casa.

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