domingo, 23 de octubre de 2011

Elecciones de Domingo

        ¡Deber cívico cumplido! La verdad que el día de hoy dá para algunas reflexiones, de los más variopintas. Paso a relatar mi día, estás apenas dos horitas que transcurrieron desde que salí de mi casa para votar, hasta que llegué a mi hogar.

UGENTE CÁMARA DE FOTOMULTA O AGENTE DE TRÁNSITO

         Si bien esta vez no me ha tocado un lugar de votación muy lejano, igual tuve que trasladarme en colectivo. Mientras esperé 45 minutos, y que no pasara ninguna de las unidades que el estado dispone para el transporte gratuito de votantes, observé en la esquina de Ruta 88 y Rosales cómo se falta el respeto a los semáforos. No olvidemos que no hace mucho tiempo ocurrió allí un choque múltiple. Mientras la luz verde permitía el paso de los coches parados por Rosales, todos los vehículos que transitaban por la ruta en sentido SUR-NORTE continuaban doblando a la izquierda, impidiendo la circulación de los autos que SI podían hacerlo...y hasta respondiendo con algún gesto obsceno cuando los conductores que estaban habilitados les realizaban alguna crítica. Cuando mucha gente protesta porque se instalan muchos semáforos, que piense que es porque, evidentemente, existen conductores que no respetan las señales y luego se producen los accidentes. Cada uno sabrá qué es lo que hace detrás de un volante.

SERVICIO GRATUITO AUSENTE

       Durante esos 45 minutos de espera ví una sola unidad escolar al servicio de las elecciones...que circulaba vacía y que no se detuvo en una parada en la que estabamos diez personas a la espera de un micro. Ya que a este señor le abonan sus servicios, no sé cuanto pero supongo que al menos deben reconocerle los gastos de combustible, sería bueno que se detengan y pregunten a donde vamos. De lo contrario le estamos (porque si paga el Estado, pagamos entre todos) abonando un servicio que no se cumple, o un lindo paseo ya que no sé quien controla sus servicios.

      Propongo, ya que estamos, que para las próximas elecciones, se pueda imprimir el comprobante en donde figure el lugar de votación, con membrete de la Junta Electoral, y presentandolo al chofer, cualquiera viaje gratuitamente. Ahora que tienen el sistema de tarjetas, podrían ingresar un código para marcar cuantos pasajeros viajaron sin abonar por cuestiones electorales, y luego reclamar el subsidio al gobierno. Lo mismo para aquéllas personas a las que, por la razón que fuere, no le hayan realizado el cambio de domicilio y deba trasladarse a otra localidad. Si se quiere que todos puedan cumplir con su deber cívico, que se nos den facilidades para poder cumplirlo.

LA DISCAPACITADA, EL PRESIDENTE DE MESA Y LOS FISCALES

       Apenas llegué a la escuela en donde me tocaba votar, fui testigo de una situación paradójica. Una mujer con una discapacidad, en silla de ruedas, y dos mujeres mayores que la acompañaban, generaron la polémica. Evidentemente esas mujeres vivirían cerca de la escuela, o alguna de las dos mayores votarían allí, y le pidieron a las autoridades de mesa que le permitan votar a la mujer que tenía la discapacidad. Esta señora no figuraba en los padrones de esa mesa, tal vez porque debería emitir su voto en un sitio muy alejado. El presidente de mesa asumió la responsabilidad de permitirle votar, y eso generó la discusión con los fiscales generales, ya que dos de ellos no querían permitir que esta ciudadana emitiera su voto, ya que no le correspondía hacerlo en esa mesa. Otro de los fiscales si autorizaba la votación, ya que por tratarse de una persona con una discapacidad grave, no podía trasladarse, y sus acompañantes eran dos personas mayores, también con dificultades, estas acarreadas por su edad.

      Intervino Prefectura y, asumiendo el presidente de mesa toda responsabilidad, esta mujer pudo emitir su sufragio y retirarse. Y ahí vino la segunda función del show, con los fiscales discutiendo entre sí, uno de ellos bastante soberbio y grosero, queriendo imponer su criterio a rajataba y sin escuchar a nadie.

       Este hecho me permite otra reflexión. Las personas con dispacidades deberían poder emitir su voto en el lugar más cercano a su domicilio, al menos el que figura en el documento, para que así todos puedan manifestar su decisión. Que luego los fiscales labren actas, que se realicen las aclaraciones pertinentes, pero que todos los ciudadanos puedan votar libremente y ejercer sus derechos con total libertad.

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