domingo, 30 de octubre de 2011

Jugar con fuego: las dos muertes de Joaquín

        Una triste noticia para muchos, o para todos, un niño de 15 años fue herido por un balazo mientras jugaba a la pelota en una plaza. Quien accionó el arma era otro niño, de tan sólo 13 años. Aparentemente entre ambos no existían problemas o disputas. Pero, sin querer o queriendo, una familia fue destruida.

       A la plaza llegó el chico de 13 años, junto a otros dos menores. Por lo que leí, uno de 16, que tambien portaba un arma. Las sacaron, las manipularon, dicen que el de 13 años realizó varios disparos al aire, "a manera de juego", dice el matutino de hoy...

      Este hecho no queda sólo como un hecho policial. Hay algo que va más allá de la comprensión de cualquiera. Al menos de la mía. ¿Qué hacen dos "niños" con armas de fuego? Y sobre todo ¿quien es la bestia (porque otro término no se me ocurre) se las provee?

        A la familia del chico Joaquín, el chico asesinado, le queda no sólo el desconsuelo de la pérdida de un hijo, sino además la sensación de INJUSTICIA, ya que el otro menor, el pibe de 13 años, no puede ser imputado de ningún delito por su edad. Ya sabemos que no existe fallo en el mundo que les devuelva a Joaquín, pero el hecho de que nadie sea procesado por su muerte ya es una doble victimización.

        También se que el chico de 13 años es una víctima de la sociedad, de las malas compañías, de, posiblemente, las drogas. Pero si continuamos viviendo en un sistema jurídico que permita que "no pase nada" cuando alguien roba o mata, la "sensación" de impunidad, de la famosa "puerta giratoria" de las comisarías (no recuerdo quién fue que la dijo), hará que estos casos sigan repitiéndose. Porque algunos piensan que la vida es un video juego, en el que luego del final, apretan un botón y el juego se reinicia...con las víctimas del juego anterior vivitas y coleando.

        Si no cambia algo la ley, si nadie hace nada para que los chicos sepan que si cometen un delito tienen que responder ante alguien...Joaquín y tantos otros habrán muerto dos veces: cuando los asesinaron, y cuando la Justicia no permita que esas personas cumplan con una condena justa ante la sociedad, por la razón que fuere.

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