jueves, 15 de diciembre de 2011

El camino de la libertad

Había una vez un lugar en donde decían contener a los jóvenes que equivocaban el camino. Niños que por vivir en un ambiente impropio, tomaban el rumbo de la delincuencia para sobrevivir, si a drogarse y beber alcohol se le puede llamar así. Niños que jamás vieron a sus padres trabajar, y muy probablemente, tampoco a sus abuelos, y en consecuencia, no aprendieron que el trabajo dignifica, mucho menos a tener la frente orgullosamente alta, porque la ropa que llevan puesta, los teléfonos que utilizan, o las zapatillas que destrozan en el potrero, la ganaron con el sudor de sus frentes.

A esos niños, por esos vericuetos de la ley, los utilizan para robar a mano armada, ya que si tienen menos de 16 años, no les imputan ningun delito, ni siquiera el peor de todos, que el quitar una vida. Por eso, en lugar de encarcelarlos, los dejan en los llamados "centros de contención" en donde en vez de policías, hay "celadores". Personas que, evidentemente, no están capacitadas para tratar con niños que aprendieron que la vida es corta, que mañana no importa, y como nadie les enseñó a valorar nada, porque lo que tienen no se lo ganaron, se lo quitaron a una chica que volvía de la escuela tarde, a una abuela o abuelo que ya no puede defenderse, o entrando a una casa que tenían marcada, y aprovechando la ausencia de sus dueños, robaron todo lo que pudieron.

El centro de contención no contiene. Así de simple, así de crudo, así de real. Y una no sabe quién es el responsable de dar la orden de podar un famoso árbol que, según leí, les abre la puerta a la libertad. Si el gobernador, si el ministro de seguridad, si el director del centro, si algún miembro de la intendencia local.

Porque la realidad es que hace mucho tiempo los menores allí "no-contenidos", se fugan. Se escapan chicos que cometieron delitos graves como asesinar a un panadero cuando iba a su trabajo, y a una mujer que estaba en un taller con su marido (que estaba trabajando). Y se escapan pibes (si, ya sé, pibes que la exclusión social llevó a delinquir y todo eso) pero esos pibes, se las rebuscan para con cualquier elemento armar un arma, como en esta ultima oportunidad, y con partes de la misma construcción, hacen facas, amenazan a los cuidadores y...se van. Se van y nadie sabe qué pueden hacer en el mientras tanto.

Hace tiempo que también escucho decir que ese espacio se trasladará al lugar en donde anteriormente estaba Aldeas Infantiles. Bien, y? Si se escapan del actual centro, ¿cómo no se van a escapar de un lugar que no tiene ningún cerco perimetral? Esos chicos ya están jugados!! No les importa caminar o correr diez kilómetros más! Lo que tienen que comprender quienes nos dicen proteger (jueces, legisladores, gobernantes) es que esos chicos se van a seguir fugando si no se toman las medidas necesarias para su RESOCIALIZACIÓN EN SERIO!

Es cierto que algunos de esos chicos ya han cumplido los 18 años, ¿qué se espera para trasladarlos a un lugar para adultos? ¿La firma de quién se espera para cumplir con algo tan básico como que dos mayores sean recluídos en donde les corresponde?

¿Qué van a hacer esos chicos una vez cumplido el tiempo en el centro? Volver a sus casas, no? Con sus familias? Retornarán al mismo ambiente que los llevó a delinquir, y si nadie les hace una verdadera rehabilitación (conductas, adicciones, valores) esos chicos volverán a delinquir...porque tienen en la cabeza que, mientras sean menores..NO PASA NADA.

Ayer en un noticiero mostraron cómo un chico de 11 años (inimputable ante la ley) asaltaba con un revolver un negocio. Me llamó la atención la habilidad para manejar el arma que tenía, ya que utilizaba las dos manos...La dueña o empleada relató que afuera del comercio lo esperaba un chico de 18 en una moto, que la atacó con una piedra cuando ella intentó pedir ayuda. Ese nene, más allá de que manipulara un arma real o una de juguete, se manejaba como un ladrón profesional, y tenía tan solo 11 añitos. Con la idea de que nada le sucederá porque es menor, ¿qué nos espera a futuro de ese chico?

La ley debe contemplar otra dinámica, desde comprender que un chico debe cambiar su ámbito para mejorar, hasta para poder cambiar un cerco perimetral o cortar las ramas de un árbol que permite que, chicos asesinos, escapen para seguir en su camino de muerte.

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