martes, 7 de agosto de 2012

Las olas, el viento y el zucundum de la basura


(imagen tomada de la web y aportada por Jorge Penín)

Imagen poética en donde nos muestra que algo que usamos por un instante, puede afectar la vida del planeta por años... Sin embargo, esta imagen no se limita sólo a las aguas del mar, y resulta mucho menos poética cuando transitamos las calles de la ciudad en algunos barrios alejados del centro...y en pleno centro tambien.

Voy por la zona del estadio Mundialista y la cortada de calle San Salvador y Avenida Canosa, parecería un "cementerio de bolsitas". Sueltas, con objetos en su interior, flameantes como banderolas sostenidas por las ramas de los yuyos...Cerca de ahí, algunas viviendas humildes, que dudo mucho sean los reales causantes de tanta acumulación de basura. En esas viviendas, niños expuestos a alimañanas, atraídas por los olores...y perros que por hambre o por juego, destrozan y desparraman las bolsas, dejando mucha más suciedad que la que ya inunda ese espacio.

Camino por los alrededores del Polideportivo Islas Malvinas luego de un recital de una banda de rock. Botellas de plástico, restos de vidrios rotos de botellas de vino o cerveza, latas de aluminio, bolsas de papas fritas, residuos por todos lados. Evidentemente alguien cree que esos restos tienen "patitas" y van caminando a depositarse solos en algún cesto (que, convengamos, no abundan).
Dicen que no me gustan los turistas...y sí, me gustan que vengan y disfruten de la belleza de mi ciudad! Pero cuando veo las "fotos del día" de algún portal de noticias, y muestran la suciedad que dejan (turistas y residentes) en las playas, existiendo lugares para arrojar la basura muy a la vista, me dan ganas de que el verano se termine rápido.

¿ Cuesta tanto llevar algunas bolsitas y tirar allí la yerba del mate? Y los papeles que envuelven sandwiches u otros alimentos, ¿es tan difícil doblarlos y guardarlos en el bolso, para tirarlos en nuestra casa? Muchas veces me ha llamado la atención encontrar vidrios rotos...¿a nadie se le ocurre que un niño puede pisarlos y lastimarse? Hace algún tiempo, un conocido, amante de la pesca, caminando por la costa descalzo se clavó un anzuelo en un pie....imaginen el dolor que sintió y todos los trastornos que tuvo, ya que debió vacunarse, y hacerse un seguimiento importante, ya que no sabía desde cuando ese elemento metálico se encontraba allí, tirado al descuido.

Los días de tormentas, muchos vecinos se quejan por la falta de obras pluviales en sus barrios. Y, por un lado, tienen razón. Pero cuando voy por algunos sectores y veo restos de ramas, hojas, más bolsas de residuos abiertas, tiradas y desparramadas, botellas plásticas y otros objetos, tambien asumo que la culpa es nuestra, porque las bocas de tormenta se tapan o se obstruyen e impiden que el agua de la lluvia fluya como corresponde para evitar inundaciones.

Todo esto es extensivo a otros lugares de la ciudad, como Sierra de los Padres, Barranca de los Lobos, Colonia Chapadmalala, Parque Camet...Y, en correlación, extensivo a otros temas, que tienen que ver con la destrucción de refugios en las paradas de colectivos, teléfonos públicos, las pintadas en monumentos que son las imágenes que todos nos llevamos cuando visitamos un lugar.

La ecología es algo más que ponerse una remera verde una o dos veces al año para participar de una actividad escolar. La ecología es llevar una bolsita en el auto y depositar allí nuestros pequeños residuos cotidianos. O guardarnos el papel de las golosinas en un bolsillo hasta encontrar un cesto para depositarlas para tal fin.

El planeta es nuestra casa, y en nuestra casa no vamos dejando botellas tiradas por el piso, cáscaras en los rincones, ni tiramos las bolsas en el patio del jardín hasta que se degraden, cierto? Entonces, hagamos extensivo ese cuidado a toda la ciudad, para que nuestros hijos tengan un lugar sano y bonito en el que vivir. En este caso, la mejor forma de aportar nuestro "granito de arena" para hacer una hermosa playa, es, precisamente, mantenerla limpia.

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