viernes, 14 de septiembre de 2012

¿Convertirnos en lo que combatimos?


(imagen tomada de la web)

Por razones familiares no pude asistir al cacerolazo/marcha/reclamo que se realizó ayer, jueves 13, al gobierno nacional. Sin embargo, leí todo lo que pude, escuché distintos medios radiales, contrasté varias páginas virtuales, y busqué información en diferentes medios para tener un pantallazo de lo que fue y, sobre todo, de las reacciones que hubo de todos lados.

Partimos de la base de que quien nos gobierna, diciendo que no se va a poner nerviosa, inauguro en vivo y personalmente una fábrica de remeras en la provincia de San Juan, mientras Plaza de Mayo era colmada de gente. En distintos puntos del país, los principales centros urbanos se vieron cubiertos por ciudadanos, con todo el derecho del mundo a manifestarse, a juntarse y protestar. Del otro lado, creo que se olvidaron de ponerle pilas a los audífonos, o aumento a los lentes, porque no escucharon nada, y por las redes sociales, tan utilizadas para comunicarse, no leyeron nada.

El cacerolazo, lo mismo que el banderazo nuestro, es una expresión de cansancio. De que muchos temas no son atendidos como corresponde por quienes deben cumplir con la función que juraron el día de sus respectivas asunciones. Coincido con un periodista que dijo a través de twitter que esto no era un llamado de atención solamente para el oficialismo: también era un importante tirón de orejas para una oposición desaparecida, muda, sorda, callada y oportunista, que no aporta cuando corresponde el debate, que a la hora de hacer fuerza en sus respectivos puestos (ejemplo: expropiación de la ex Ciccone, en donde muchos opositores pegaron importante faltazo a la sesión y "regalaron" la sanción), no la hacen y cobran mes a mes sus abultados sueldos. Oposición que aparecerá a criticar al gobierno en unos pocos meses, cuando pretendan renovar las bancas, presentando candidatos...Tengamos memoria, 2013 es una buena oportunidad para que las mayorías no sean absolutas, pero veamos a quienes les damos la representación de nuestras voces!!!

Algo que me llamó mucho la atención fue el cruce de frases que hubo: "no sé cuál es el reclamo", dijo uno. Antes que nada, leí varias veces pancartas que exigían el respeto a la Constitución Nacional, y otras que se manifestaban en contra de la re-reelección, pero parece que el senador más adicto a las redes sociales no estuvo "conectado" por estos días!! Otro dijo " a esa gente le importa lo que pasa en Miami", y sé de varios que participaron del reclamo ayer que no han podido salir de Mar del Plata en su vida!! Esos mismos que dicen que quieren que la Constitución se respete, por si este funcionario no lo sabe, hablan de NUESTRA Constitución, y no la de Estados Unidos, que es respetada, y su país sólo tiene dos períodos consecutivos de gobierno.

Pero hubo un comentario que atrajo mi interés. El que realizó una señora, de clase "media", bien vestida (con todos los dientes, diría mi madre). Esa señora dijo que era una marcha de "gente de clase media, media-alta, todos iban bien vestidos"... Y no sé por qué me acordé de aquélla vez que Raúl Alfonsín, en pleno acto, le espetó a un concurrente "a vos no te va nada mal, gordito"...

¿Cómo tiene que ir la gente a una marcha/reclamo? ¿Vestida con harapos, descalza? Estamos tan acostumbrados al imperio del piquete, que si no vemos a la gente con la cara tapada por bufandas, que tiran piedras y rompen todo lo que encuentran a su paso, que si no se hace lo mismo, se "invalida" el reclamo? Creo que, más allá de muchas cosas que pueden perfeccionarse, lo que ocurrió ayer fue una muestra de adultez del pueblo argentino. De ése al que le cuesta tanto salir a expresar su disconformidad, pero cuando lo hace, no rompe vidrieras, ni quema comisarías, ni lleva armas.

Afortunadamente ayer, se salió a reclamar y no hubo que lamentar incidentes...O sí, los que sufrieron muchos manifestantes, quienes al regresar a sus hogares los encontraron saqueados, como le ocurrió a una persona en esta ciudad. Otra de las consignas del reclamo...SEGURIDAD, palabra que no existe en el diccionario oficial desde hace muchísimo tiempo...

Las palabras que sí se escuchan se parecen demasiado a otras, de otros tiempos, yo era chica. Pero tengo la leve impresión de que tras combatir tanto esos tiempos oscuros, muchos miembros de este gobierno están comenzando a parecerseles a esos otros, que sembraban el miedo. Y miedo, sólo a propia consciencia, que es la que por las noches nos deja dormir. O no.
 

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