martes, 4 de septiembre de 2012

Dinosaurios, una especie que no está en extinción




     Silvina es "una antigüedad ambulante", tal vez un concepto que en las grandes urbes nadie observa...aunque seguramente, escondido detrás de sus miedos, existe. La típica hija criada para ser la "compañera", la "enfermera", sin que nadie nunca haya pensado qué sucedería con ella cuando su función culmine.

     Nicolás es, como él mismo lo dice, un "prófugo", de su propia historia, de sus sueños desvanecidos. Ambos coinciden en el temor al tiempo: él, al pasado; ella, al futuro. Pero su encuentro se produce en un presente contundente que no les dá otra opción más que enfrentarse con ellos y urgar en lo más profundo de sus almas para atreverse a la luz.

     Dos dinosaurios que se encuentran, dos seres de la misma especie, con la convicción de ser los únicos que quedaban. Y se va desvelando la trama con una sencillez brutal, con la dosis justa del sentido del humor que se produce en la vida misma.

     Ambos huyen de diferentes violencias. Nicolás, de la física (duro registro de la violencia de género manifestada en un hombre...en donde se escuchan las voces de miles de mujeres que justifican, que perdonan, que aguantan...que esperan a que al día siguiente la promesa de no volver a golpear, se cumpla). Silvina, de esa violencia colmada de tabúes, de prohibiciones, de miedos ajenos implantados en la mente, en el alma y en la piel...

     Adrián Fernández, impecable....Susana Cacioppo, única en su especie...Dinosaurios... Una obra de teatro marplatense, dirigida por José Luis Baute. Consejo...imperdible, para reir, para llorar, para reflexionar, y para reencontrarse con ese ser que uno espera...para agradecer la concreción de los pequeños milagros, para ver la realidad desde otros puntos de vista. Dinosaurios, lo que somos cuando nos enfrentamos al miedo y decidimos salir a la luz...

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