martes, 4 de septiembre de 2012

Rituales (marcha del 4/9/2012)


Cada primer martes de cada mes, ellos llegan con sus fotos, sus afiches, sus banderas. Como en un ritual, van colgando el espacio que destinan para homenajear a sus seres queridos, que la delincuencia les ha arrebatado. Un día, como cualquier otro, una llamada les partió la vida en dos. Y tuvieron que comenzar una recorrida ardua, en busca de justicia. Una justicia esquiva, que  muchas veces no llega porque las pruebas no alcanzan, por errores en los procedimientos, por inimputabilidades doblemente dolorosas. Porque ellos también saben que el menor que empuñó el arma es una víctima de un sistema nefasto, retorcido, cruel  y, sobre todo, indiferente. Y a ellos, también les duele.

Son los miembros de la ONG Familiares de Víctimas del Delito, algunos llevan la una foto colgada al cuello, otros han hecho remeras con la imagen del ser querido que perdieron. Se juntan, con la grandeza de abrazar y cobijar al que se cae, al que se derrumba en el aniversario de esa muerte absurda, al que recién llega confundido, enojado, quebrado…porque los sentimientos se potencian y entremezclan. Quienes llegan son esos “nuevos hermanos” que ellos nunca hubieran querido tener. No en estas circunstancias. Pero sacan coraje de no sé dónde.  A pesar de todo, tienen una sonrisa para aquél que la necesita. Una luz especial en la mirada. Y sus abrazos son abarcadores y llenos de una tremenda calidez.

Cada martes renuevan una esperanza. La de llenar esa plaza en la que se reúnen, que el resto de la ciudad tome consciencia de que lo que les pasó a ellos…también les puede pasar. Y ellos no quieren que nadie más se sume a su bandera. Que ningún otro marplatense suba su foto. Que no haya más víctimas de la inseguridad.

Cada primer martes de cada mes, luego de recordar a los seres queridos que ese mes tienen su aniversario, tras comentar el trabajo realizado, de reclamar a la justicia JUSTICIA, de pedir seguridad para todos, ellos desarman ese rinconcito en paz,  en silencio, con un respeto inconmensurable por quienes transitan la peatonal.  El mismo ritual se revierte y cada bandera, cada pancarta, cada cartel es guardado con un cariño lleno de dolor. Pero sobre todo, en PAZ Y ESPERANZA. Por SEGURIDAD Y JUSTICIA.

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