Cada primer
martes de cada mes, ellos llegan con sus fotos, sus afiches, sus banderas. Como
en un ritual, van colgando el espacio que destinan para homenajear a sus seres
queridos, que la delincuencia les ha arrebatado. Un día, como cualquier otro,
una llamada les partió la vida en dos. Y tuvieron que comenzar una recorrida
ardua, en busca de justicia. Una justicia esquiva, que muchas veces no llega porque las pruebas no
alcanzan, por errores en los procedimientos, por inimputabilidades doblemente
dolorosas. Porque ellos también saben que el menor que empuñó el arma es una
víctima de un sistema nefasto, retorcido, cruel
y, sobre todo, indiferente. Y a ellos, también les duele.
Son los miembros
de la ONG Familiares de Víctimas del Delito, algunos llevan la una foto colgada
al cuello, otros han hecho remeras con la imagen del ser querido que perdieron.
Se juntan, con la grandeza de abrazar y cobijar al que se cae, al que se
derrumba en el aniversario de esa muerte absurda, al que recién llega
confundido, enojado, quebrado…porque los sentimientos se potencian y entremezclan.
Quienes llegan son esos “nuevos hermanos” que ellos nunca hubieran querido
tener. No en estas circunstancias. Pero sacan coraje de no sé dónde. A pesar de todo, tienen una sonrisa para
aquél que la necesita. Una luz especial en la mirada. Y sus abrazos son
abarcadores y llenos de una tremenda calidez.
Cada martes
renuevan una esperanza. La de llenar esa plaza en la que se reúnen, que el
resto de la ciudad tome consciencia de que lo que les pasó a ellos…también les
puede pasar. Y ellos no quieren que nadie más se sume a su bandera. Que ningún otro
marplatense suba su foto. Que no haya más víctimas de la inseguridad.
Cada primer
martes de cada mes, luego de recordar a los seres queridos que ese mes tienen
su aniversario, tras comentar el trabajo realizado, de reclamar a la justicia
JUSTICIA, de pedir seguridad para todos, ellos desarman ese rinconcito en
paz, en silencio, con un respeto
inconmensurable por quienes transitan la peatonal. El mismo ritual se revierte y cada bandera,
cada pancarta, cada cartel es guardado con un cariño lleno de dolor. Pero sobre
todo, en PAZ Y ESPERANZA. Por SEGURIDAD Y JUSTICIA.
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