jueves, 27 de diciembre de 2012

¿Prohibido para menores?


(imagen tomada de la web)

En toda comunidad, civilazada o no, hay rituales que  marcan distintas etapas de la vida, en la que los "niños" se transforman en "adultos", algunas tal vez más o menos crueles, otras tan sólo a "efectos legales",  pero siempre hay algo que nos marca que estamos dando ese paso hacia la adultez (que no es sinónimo de madurez, convengamos!)

En nuestor país, cumplir los 18 años implica un gran paso hacia esa "adultez", en la que dejamos de depender de nuestros padres y comenzamos a tomar decisiones sobre nuestras vidas sin pedir permiso a nadie (y siempre dependiendo del caso, no olvidemos que "la edad del pavo" en algunos casos se ha extendido hasta ya entrada la cuarentena!).

Pero, siempre hay un pero, por alguna extraña razón, los mismos adultos estamos transgrediendo por nuestros hijos ese límite (legal y cronológico) permitiéndoles hacer cosas para las que aún no tienen la capacidad o la "adultez" necesaria. Veamos algunos ejemplos:

*Conducción de vehículos: todas las temporadas nos enteramos que en algunas localidades balnearias, chicos de no más de 10 años conducen cuatriciclos y provocan algún que otro accidente. La excusa paterna es "son chicos, quieren divertirse", bien, que hagan castillitos de arena o practiquen con la plancha barrenadora, señores padres! Por alguna razón, si el niño se presenta solo a alquilar el vehículo, nadie en su sano juicio se lo alquilaría, ya que la responsabilidad ante cualquier accidente tendría que recaer sobre la persona que permitió que ese niño suba a ese vehículo. Lo mismo hemos visto en varios vídeos que se presentaron en distintos canales de noticias, donde se mostraba a niños de corta edad conduciendo automóviles en diferentes localidades, y con el consentimiento de su padres...(escapan de mi crítica los padres cuyos hijos "roban" las llaves para transgredir la orden/regla y demostrarse a sí mismos cuán vivos son...hasta que se llevan por delante a otro vehículo y ahí lloran para que no llamen a su familia, por temor al reto/castigo!)

*Bebidas: por ley, toda bebida alcohólica debe llevar una leyenda que diga "prohibida su venta a menores de 18 años" y, dentro del territorio de la provincia de Buenos Aires, los comerciantes deben pagar un impuesto adicional, anotándose en un registro, para quedar habilitados para la venta de bebidas, dentro de un horario estipulado. Fuera de ese horario, pueden ser sancionados con multas, incautación de las bebidas o clausura del comercio. Y, como a todos nos gusta transgredir, de alguna u otra forma, los menores consiguen adquirir el alcohol, en muchos casos por medio de sus propios padres, que les "habilitan" hacer la famosa "previa" en su propio domicilio...Que los chicos consigan fácil bebidas significa que hay una sociedad que no respeta las normas, ni enseña moderación en el consumo (dentro del propio hogar).

*Cigarrillos: otro producto que viene con la misma leyenda que las bebidas alcohólicas, y a la que nadie hace caso ni respeta. Muchos adolescentes fuman desde muy temprana edad, con el consentimiento de sus padres, y a veces hasta convidándoles cuando los adultos "se quedaron sin puchos"!

*Pirotecnia: misma situación que el cigarrillo, que nunca se controla, y de la que los funcionarios  se acuerdan después de Nochebuena y antes de Fin de Año, para "regular" la venta, siendo que para estas alturas todos los comercios se han provisto de una buena cantidad de cohetería (legal y de la otra), que le venden a cualquiera que lo solicite, sea menor o adulto, y cuya manipulación debería estar supervisada (aunque más no fuera por un adulto!), ya que los riesgos de quemaduras, pérdidas de la visión, o de algún miembro superior son gravísimos y, pudiendo prevenir, por qué esperar a que ocurra una desgracia?  Acompaño el testimonio de un padre cuyo hijo sufrió quemaduras de primer grado cuando un grupo de "amiguitos" manipuló cohetería sin supervisión http://tirandoalmedio.blogspot.com.ar/2012/12/sobre-mi-hijo.html?spref=tw.

Evidentemente, releyendo lo escrito, estamos ante una sociedad con una evidente falta de madurez para supervisar y educar a sus hijos, que busca quedar bien con los chicos  (vaya a saber por qué razón), cuando la misión es educarlos, formarlos y ponerles límites para que sean adultos responsables. Decirle que "no" a algo a un niño no es malo, al contrario, porque los mismos chicos piden y buscan límites...obviamente que siempre verán hasta dónde pueden extenderlos, y si sus padres tienen el "sí flojo", sus hijos serán jóvenes sin tolerancia a la frustración (lo cuál puede llevarlos a cometer excesos con su propio cuerpo que puede costarles la vida), o personas que no cuentan con tolerancia necesaria para la obtención de sus metas.

Prohibirles algo a los menores no es ir en contra de su felicidad, al contrario, es enseñarles que todo en la vida tiene una etapa, un período, un momento para ser vivido, experimentado y, por supuesto, aprendido. ¿Es necesario que aprendan provocando un accidente, una mutilación o una muerte?

 

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