Cada candidato, del partido político que sea, debe recordar que cada voto cuenta. Demás está decir que quienes pertenecen a los partidos llamados "grandes" (los que ocupan el poder o la oposición con más peso) accederán a sus bancas con más seguridad, al menos sus principales representantes, los llamados "cabeza de lista".
Pero lo partidos más pequeños pelean el "voto a voto" para lograr, al menos, llega la elección definitiva del mes de octubre. Convengamos, las PASO son un "colador" que filtrarán a muchos candidatos de los que, en octubre, ni siquiera recordaremos sus nombres, reemplazados por quienes hayan llegado al dichoso 1,5% de los votos que exige este nuevo régimen electoral.
Los valores de las "propagandas" son caras y muchas veces nos dicen lo que los votantes "queremos escuchar" (al menos lo que los jefes de campañas y asesores cree que queremos escuchar). Un afiche en la parada del ómnibus sólo nos muestra la cara sonriente del ca...ndidato, y no nos dice nada sobre lo que realmente nos interesa a los ciudadanos, y en una entrevista radial o televisiva muchas veces nos quedamos a mitad de camino con las respuestas, o porque son pactadas de antemano o porque el tiempo tan tirano no permite profundizar en dudas o inquietudes puntuales o repreguntar.
Tanto candidatos como votantes tenemos el derecho y obligación de saber a quienes vamos a darles la oportunidad de representarnos, de ser nuestra voz en el Senado, en la Cámara de Diputados y en los Concejos municipales. También les estaremos dando la oportunidad de cobrar "dietas" a las que ninguno de nosotros tendremos acceso. Serán "nuestros empleados" y, como aspirantes a un puesto, DEBEN SOMETERSE a nuestras "entrevistas" laborales.
Sin un ida y vuelta con quienes sólo participaremos con nuestro voto, ningún político puede lograr nada. Atreverse a un "cara a cara" es arriesgarse a que, el día de mañana, los votantes reclamemos "promesas incumplidas". Averigüemos bien a quien vamos a elegir en las próximas elecciones, sepamos qué ideas tiene, qué propuestas trae, cómo piensa ponerlas en práctica, porque de ello depende nuestro futuro.
Pero lo partidos más pequeños pelean el "voto a voto" para lograr, al menos, llega la elección definitiva del mes de octubre. Convengamos, las PASO son un "colador" que filtrarán a muchos candidatos de los que, en octubre, ni siquiera recordaremos sus nombres, reemplazados por quienes hayan llegado al dichoso 1,5% de los votos que exige este nuevo régimen electoral.
Los valores de las "propagandas" son caras y muchas veces nos dicen lo que los votantes "queremos escuchar" (al menos lo que los jefes de campañas y asesores cree que queremos escuchar). Un afiche en la parada del ómnibus sólo nos muestra la cara sonriente del ca...ndidato, y no nos dice nada sobre lo que realmente nos interesa a los ciudadanos, y en una entrevista radial o televisiva muchas veces nos quedamos a mitad de camino con las respuestas, o porque son pactadas de antemano o porque el tiempo tan tirano no permite profundizar en dudas o inquietudes puntuales o repreguntar.
Tanto candidatos como votantes tenemos el derecho y obligación de saber a quienes vamos a darles la oportunidad de representarnos, de ser nuestra voz en el Senado, en la Cámara de Diputados y en los Concejos municipales. También les estaremos dando la oportunidad de cobrar "dietas" a las que ninguno de nosotros tendremos acceso. Serán "nuestros empleados" y, como aspirantes a un puesto, DEBEN SOMETERSE a nuestras "entrevistas" laborales.
Sin un ida y vuelta con quienes sólo participaremos con nuestro voto, ningún político puede lograr nada. Atreverse a un "cara a cara" es arriesgarse a que, el día de mañana, los votantes reclamemos "promesas incumplidas". Averigüemos bien a quien vamos a elegir en las próximas elecciones, sepamos qué ideas tiene, qué propuestas trae, cómo piensa ponerlas en práctica, porque de ello depende nuestro futuro.
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