domingo, 11 de agosto de 2013

PASO a las apostillas

Y al fin terminó el día, con las corridas que nos provocan las elecciones, las dudas que nos presentan los candidatos, que en definitiva serán quienes nos representen en los distintos estamentos del poder legislativo y crearán (o no) las leyes que nos regirán.

Sin embargo, las elecciones tienen otro costado. El de las anécdotas del día, el de las quejas, el de las preguntas, las experiencias que todos vivimos y a veces no entedemos cómo funcionan ciertas cosas.
Tema uno, me pregunto desde 1989 QUIEN es el que arma las mesas y decide que una persona vote en tal o cual lugar. ¿Tira los dados y según dónde caiga, nos mandan ahí? Es incomprensible que tres personas que viven en la misma casa, desde hace más de 20 años y compartan el mismo apellido, voten no sólo en tres lugares diferentes, sino que además esos lugares tengan más de 20 kilómetros de distancia entre el domicilio y ni hablemos entre sí mismos. Alguien me contó que salió a las 8 de la mañana y regresó a su hogar a las tres de la tarde para hacer ese recorrido.

Yo misma, he hecho lo que denomino "turismo electoral", ya que en mi vida cívica he tenido que concurrir a los lugares más diversos y distantes, teniendo 5 escuelas en un radio de diez cuadras de mi domicilio. ¿Y si se implementa un sistema electrónico, en donde yo concurro a votar a donde me parezca, y una vez realizado el voto, se traba el acceso con alguna clave personal, creada en el momento? Chicos de la Junta Electoral, les tiro la idea para cuando inventen un sistema mejor, aprovechando toda la tecnología que el plan conectar brinda (porque supongo que con tanta netbook repartida TODAS LAS ESCUELAS CUENTAN CON WI-FI, no?).

En la mesa en la que me tocó votar, por ejemplo, faltaban muchas boletas, y el desorden era increíble. Lo positivo para destacar (y aquí he leído varios comentarios al respecto) fue la buena predisposición de quienes trabajaron en la elección, tanto fuerzas de seguridad como autoridades de mesa, quienes acercaron las urnas a personas con problemas de motricidad, y pusieron muy buena voluntad para explicar a los que, desorientados por el desconocimiento de los lugares de votación, estábamos más perdidos que Adán en el día de la madre. A ellos, GRACIAS Y FELICITACIONES.

Pero, siempre hay un pero...muchos ciudadanos que hoy debían cumplir con un rol asignado para ser autoridades de mesa por parte del Estado (los, supuestamente "imparciales") le faltaron el respeto a quienes asistieron temprano a votar, ya que en muchas escuelas las urnas se habilitaron cerca de las 9 de la mañana, gracias a LA AUSENCIA DE LOS IRRESPONSABLES que no fueron capaces de avisar con tiempo que no podrían o no les interesaba participar del comicio. En algunos colegios hubo largas colas en las veredas, a la mañana tempranito hacía bastante frío y muchas personas tenían el tiempo contado (por ejemplo, mi hermano) ya que debía concurrir a trabajar y de 8 a 9 era el único horario en que podía hacerlo. La impuntualidad es una falta de respeto hacia el otro, y si entre los ciudadanos nos faltamos el respeto, ¿qué podemos esperar de quienes nos gobiernan?

Un contacto me contaba que un candidato cordobés fue fiscal en su localidad y la verdad que me pareció una excelente idea, ya que ellos son los más interesados en que el comicio se desarrolle con tranquilidad y transparencia. Sin embargo, escuchar al candidato del intendente en una nota decir que "se iba a comer, a descansar un rato y luego ve cómo terminaba el comicio" me hizo recordar las dos veces que fui fiscal, en donde desde las 7.30 de la mañana hasta pasadas las 9 de la noche lo único que recibí fue una lata de gaseosa caliente y un sandwich de milanesa fría. Y pensé en los fiscales que estarían en una situación similar, mientras "el candidato" almorzaba comodamente y descansaba de su "agitada" jornada. ¿Para pensar un poco en las actitudes de la gente, no?

Por ahi alguien relató que en una escuela un fiscal tomó una urna y quiso secuestrarla. Personal de seguridad y otras autoridades impidieron el hecho, la urna no fue violada y la devolvieron a la mesa, el "fiscal" desapareció y todo volvió a la normalidad. Un hecho a tener en cuenta para octubre, cuando la votación valga como "definitiva". Ahí vamos a necesitar un escuadrón S.W.A.T en cada escuela, por las dudas.

Votar en un deber y un derecho, es la posibilidad de dar nuestra opinión, de darle a alguien la oportunidad de que nos represente y lleve nuestra voz a las cámaras legislativas y a los concejos deliberantes (o delirantes, algunos lo parecen), organizando las normas de convivencia. La democracia la hacemos entre todos y no debemos desaprovechar la oportunidad de ejercerla.

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