miércoles, 25 de diciembre de 2013

Imágenes paganas




Después de varios días de calor intenso, la lluvia refresca no sólo el medio ambiente, sino también algunas ideas. Y estos días, algunas imágenes se me agolparon en la mente como si fueran una película confusa, en donde siempre se trata de encontrar una explicación...que tal vez no exista.


   Imagen 1: durante la protesta de las distintas policías provinciales reclamando mejoras en sus sueldos, una ola de saqueos hizo que viviéramos con el miedo a flor de piel. Diciembre es un mes en donde estos acontecimientos se sienten mucho más, ya que no fue hace mucho, apenas 12 años, que un gobierno concluyó abruptamente y antes de concluir su mandato, tras una crisis económica en la que los saqueos fueron la "vedette" que dieron inicio a una pésima "costumbre", la de tomar por la fuerza aquéllo que no se puede adquirir, sobre todo artículos que nada tienen que ver con el "hambre" que los líderes de las organizaciones sociales pregonan como excusa para recibir más planes, subsidios o lo que sea que "venga de arriba".


    La voracidad de los delincuentes provocó en algunos comercios una devastación semejante a la que causa una plaga de langostas, arrasando con todo lo que encontraban a su paso, llevándose aparatos electrónicos, bebidas alcohólicas y ropa deportiva de marca, productos que no hacen a la "dieta" de nadie, y sí demuestran que muchas personas desdoblan su personalidad demostrando ser el Dr. Jekill, pero al ver la "oportunidad" se transforman en un insaciable Mister Hyde, olvidándose de sus supuestos valores e ideologías. Hemos visto en esos días el robo por parte, no sólo de la clase humilde, sino de los poseedores de vehículos de alta gama que "aprovecharon la oportunidad", diciéndose a sí mismos que si otros pueden robar y salir indemnes (los delincuentes que están al acecho, el mismo poder político) por qué ellos no?


Imagen 2: el período previo a las fiestas siempre me resultó una agobiante costumbre que trato de evitar. No soporto hacer largas colas, ni comprendo que todo el mundo salga en manada a comprar al mismo lugar, esperando horas para ser atendido, soportando las caídas o los colapsos de los sistemas informáticos y comprando como si el mundo se fuera a acabar mañana. Recuerdo a mi propia madre comprando el día 23 las cosas necesarias para pasar tanto la navidad como fin de año y creo que esas interminables esperas en la fila del supermercado, en donde conseguir un chango para llevar las cosas era cuestión de vida o muerte, me volvieron esto que soy. Nos olvidamos que la navidad es un período en donde tendríamos que celebrar pero reflexionando sobre muchas cosas. Y, dicho sea de paso, nunca comprendí esa contradicción católica en donde se pregonan las enseñanzas de Cristo sobre la humildad, pero derrochamos fortunas en cosas que no son importantes... (tampoco comprendí nunca qué culpa tenían las vacas de que los romanos hubieran crucificado a Jesús y por qué no se podía comer carne en la cuaresma...pero eso lo debatimos en Pascuas!!)


Imagen 3: relacionada con la anterior. Fue el martes 24 a las 7.05 de la mañana, al pasar por una carnicería vi a un grupo de aproximadamente 10 o 15 personas esperando a que el comercio abriera para comprar la carne que se cocinaría para esa misma noche. Me pregunté interiormente si se estaría por terminar el mundo o si había un anuncio de guerra inminente, porque soy una convencida de que somos los únicos culpables de los aumentos de precios que muchos productos alimenticios tienen en estos días. Por esa misma voracidad que nos lleva a una locura de comprar y consumir productos que no son propios del clima. Sí, ya lo sé, me van a decir que es "la costumbre"...Cambiemos la costumbre y alimentémonos de otra forma, no es necesario que nos volvamos locos persiguiendo el lomo, la pata de cordero o el lechón que sí o sí mañana estarán ahí, y a un precio mucho más bajo.


Imagen 4: personas que tras pasar todo un año sin hablarse, o diciendo a otros cosas nada favorables, se juntan a brindar y a abrazarse como si durante el año se vieran todos los días y fueran los mejores amigos o familiares. Gente que sigue el "circo" que la sociedad nos impone para demostrar que somos civilizados y que aceptamos la domesticación a esas "buenas costumbres" mientras durante los 364 días restantes no tenemos ni respeto, ni educación ni nada hacia vecinos, compañeros de trabajo o familiares.




   Tal vez suene brusco que, un día como hoy, en el que todos nos deseamos paz y amor, yo escriba estas líneas en donde cuento qué veo durante estos días. Pero necesitaba contárselos. Tal vez porque cada año busco estar sólo con esos afectos de verdad, que me demuestran durante el año y durante la vida, que permanecieron ahí, firmes, sólidos como una roca a pesar de todo y a los que no es necesario salir a comprarles nada caro, ni de última generación o de primera marca, porque lo que importa y vale no cuesta un centavo y se da generosamente en cada abrazo, en cada beso y en cada mirada todos los días del año.

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