jueves, 25 de septiembre de 2014

Víctimas y victimarios. La dialéctica de la excusa.

Hace un tiempo que nos vienen cambiando el discurso. Ya sea el cuento, el relato, el modelo o la historieta. Y de resultas que un delincuente termina siendo una "víctima de la sociedad excluyente". Y, confieso, me estoy hartando de que se manipule, dialecta o mediáticamente, la realidad cotidiana.

Una persona que le quita a otra algo es un "ladrón". Acá y en la China. Alguien que mata a otro, un asesino, en el idioma que quieras. No hay más vueltas. No cabe más el discursito barato de la estigmatización, que solo es validar la condición de vago, que no tiene ganas de salir a trabajar, a esforzarse, a ganarse dignamente el sustento propio y de su familia.

Y me pongo de ejemplo. Mi viejo hizo abandono de hogar cuando yo todavía no tenía 11 años. Mi mamá, que sólo llegó a hacer hasta tercer grado de la escuela primaria, salió a limpiar casas, cuidar enfermos, cortar pasto y arreglar ropa para pagar comida, estudios, ropa, medicación, etc. Mi padre se desapareció y tuve que comprender que "no había plata". Ni para caprichos, ni para cumpleaños, ni para muchísimas cosas que no eran  prioritarias. Había que cuidar el dinero y, poco a poco, arreglar la pobrísima vivienda que teníamos. Cada centavo ahorrado era un ladrillo más, una teja más en el techo, un vidrio para una ventana. Y NUNCA, nadie salió a robar, a amenazar a otras personas o a matar para tener algo. La peleamos. Y por haber sido pobre (creo que como están las cosas, sigo siéndolo!), no me sentí "estigmatizada". Ni traumada.

La enorme cantidad de palabrerío barato con el que muchos se justifican se llaman "excusas". Excusas porque no toleran darse cuenta de que para tener algo hya que hacer sacrificios. Decidir si comprás un pantalón o un par de zapatillas. Si es más importante un libro o una campera. Y, si te sobra algo, por ahí, un día, podés darte el gusto de ir al cine, a comer algo o comprarle un caprichito al nene. Pero para eso hay que "madurar". Como persona y como sciedad.

No entra en ninguna cabeza que una persona, con una moto de gran tamaño, asalte a un turista y despues salga en los medios diciendo que lo hizo "para comprarle un regalo al hijo"...Flaco, vendé la moto, comprate una más pequeña y enseñale a tu hijo que hay épocas de vacas flacas en donde lo más importante es estar juntos, viste?


También como sociedad tenemos que realizar un "mea culpa" importante. Porque si un periodista convoca a un delincuente a su programa, es porque sabe que el morbo le hará obtener un alto nivel de audiencia. Y le importa muy poco si vos o yo nos indignamos. Lo que le importa al tipo es que mires el programa, porque eso le atrae publicidad y le hace ganar más plata. Él, como muchos, no sólo es "periodista", es un hombre de negocios y, como tal, necesita que su "negocio" funcione. ¿Qué hubiera ocurrido si todo el mundo, en el momento en que presentaban al delincuente, todos hubiesen apagado el televisor o hubieran cambiado de canal? El "negocio" se le habría esfumado y los anunciantes comenzarían a dejar de pagarle minutos de publicidad. Cada uno que miró ese programa, que piense cuánto colaboró en  la mediatización y victimización del delincuente que debería estar tras las rejas y no comenzar a formar parte del "jet set" local.

Hoy el debate local está centrado en la imputabilidad o no de un menor de 15 años, participe de un homicidio. Se dice que no es la primera muerte que el chico tiene encima. Y, lo más grave, que ese "niño" mañana va a estar en la calle porque esta famosa "década ganada" no le puso un peso a centros de contención, escuelas u hogares que hagan que ese chico tenga un futuro mejor. ¿Soy yo la culpable de que el pibe haya salido a matar? ¿Sos vos, que salís a la madrugada a trabajar, que te rompés el lomo para tener una vida mejor, el responsable de que haya un Estado ausente, que no le da la posibilidad de sacarlo de un ambiente negativo y que no sea un delincuente? No. Porque hace diez años hay un signo político que se llena la boca hablando de igualdad y yo solo veo que hay más pibes en las calles drogándose, haciendo malabares y pidiendo "la moneda" y que nadie mueve el trasero de su cómoda silla para sacar a esos chicos de esa situación. Ni ver que sus padres abusan de ellos, importándoles poco si corren riesgos de ser violados, secuestrados, asesinados o cooptados por delincuentes. Claro, llegará un momento que la negativa a dar la dádiva generará en esos chicos un sentimiento de bronca, de rabia, de dolor. Pero...¿y los que cobran altísimos sueldos para ocuparse del tema? ¿No son ellos mismos los que los "estigmatizan", dejándolos a su suerte? ¿No son ellos mismos los que "necesitan" a esos chicos en las calles, para ocupar espacios en los medios con palabrerío barato e inconducente a cambio de lograr un voto, un puesto, un cargo?

Repito: el ladrón es ladrón. El asesino, asesino. Un violador es un violador. Las únicas víctimas son las personas y familias que sufren a estos criminales, que el Estado se encarga de excusar para continuar en el poder.

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