https://www.youtube.com/watch?v=3HlvETf57mY
Y la realidad sigue demostrando que la capacidad de asombro nunca se pierde. Es ahí cuando nos enteramos por redes y radios que el autor de un intento de asalto a una importante institución médica de la ciudad, en un horario con alto nivel de tránsito y personas dentro del mismo, en el que se produjo un tiroteo intenso por parte de los delincuentes y la policía...es un tipo condenado por homicidio, con condena hasta el 2026 y que tenía salidas transitorias autorizadas por el juez para que mantenga sus vínculos familiares todos los días jueves, desde la 7 de la mañana hasta las 7 de la tarde!!!
¡Mirá que bien! Al homicida le faltan 11 años para cumplir con su condena y desde el juzgado que lleva su causa, deciden que, pobrecito, tiene que salir a darse una vueltita por ahí, sin ninguna vigilancia o sistema de control, y que haga lo que se le ocurra, total, el es uno de los famosos estigmatizados de esta famosa década!! ¿Y quién le da la oportunidad al cabo primero Juan Manuel López Araya, asesinado durante el forcejeo con el delincuente que quiso asaltaron en el año 2002? http://www.codigomardelplata.com/ver_noticia_mar_del_plata.asp?codigo=19057
Ni López Araya ni su familia volverán a verse. Ninguno podrá escuchar su voz, abrazarse, darse consejos, acompañarse. Ellos no tendrán la posibilidad de "resocializar", simplemente porque alguien decidió terminar con la vida del policía.
¿Qué hubiera ocurrido si el delincuente, durante el tiroteo, mataba a alguien? ¿Tambien cabría la posibilidad de juzgar al juez que determinó estas salidas, sin ningún control? Convengamos, este asesino es, como en tantos otros casos, la punta del iceberg, porque nos horrorizamos pensando en ESTE caso...sin pensar en cuántos delincuentes más cuenten con el mismo beneficio y tambien se dediquen a cometer delitos durante sus "recreos".
Es indignante pensar y sentir que la justicia (con minúsculas, porque esta clase de justicia no se merece el más mínimo respeto de nuestra parte) nos pone a merced de violadores y asesinos, con algo grado de reincidencia, sin que nadie piense en el resto de la ciudadanía.
Se supone que una cárcel, un penal, es un lugar en donde van los delincuentes a cumplir una condena por un delito cometido, a pagar la deuda que tienen con la sociedad por no respetar las reglas de convivencia. Tambien es una forma de que estos criminales no convivan con el ciudadano medio, que trabaja o estudia, y no va por la vida con una 9mm en la cintura robando, amenazando y matando a nadie.
No veo mal que cuando les queda poco tiempo para finalizar sus condenas, les permitan salir a trabajar... Ojo, dije a TRABAJAR, los penales podrían realizar convenios con empresas o fábricas, en donde el reo desarrolle alguna actividad para poder tener alguna clase de referencias al concluir su pena, y darle la posibilidad REAL de que pueda trabajar...y no volver a dedicarse a lo mismo que hacía antes de ingresar al penal.
Recuerdo que hace algunos años (es decir, el tema no es nuevo) el movilero de un programa de radio contaba que habían detenido a un delincuente robando un vehículo y que el mismo estaba cumpliendo una condena, el juez le había otorgado "salidas laborales"... Se me ocurrió pensar que si no lo mandan en un patrullero, custodiado, con orden de quedarse en un determinado lugar, cumpliendo una cantidad de horas acordadas, luego de las cuales lo fueran a buscar...la única actividad a la que podía dedicarse el ladrón era...seguir robando!!!
Mientras nuestros jueces no piensen a consciencia sus "permisos", mientras no evalúen un sistema que permita tener un control sobre las actividades de los delincuentes durante estas salidas, mientras siga siendo el garantismo la medida de toda condena, nuestra sociedad va a estar cada vez más expuesta a esta clase de problemas, en donde un delincuente, con una larga condena aún por cumplir, camine por la ciudad con total libertad, mientras nosotros, los ciudadanos comunes, cumplidores de la ley y de las normas de convivencia, nos encerraremos en nuestras casas, con más rejas, más alarmas, más cámaras, más sistemas de seguridad y tomando todas las precauciones para poder seguir vivos y sentirnos seguros.
Y la realidad sigue demostrando que la capacidad de asombro nunca se pierde. Es ahí cuando nos enteramos por redes y radios que el autor de un intento de asalto a una importante institución médica de la ciudad, en un horario con alto nivel de tránsito y personas dentro del mismo, en el que se produjo un tiroteo intenso por parte de los delincuentes y la policía...es un tipo condenado por homicidio, con condena hasta el 2026 y que tenía salidas transitorias autorizadas por el juez para que mantenga sus vínculos familiares todos los días jueves, desde la 7 de la mañana hasta las 7 de la tarde!!!
¡Mirá que bien! Al homicida le faltan 11 años para cumplir con su condena y desde el juzgado que lleva su causa, deciden que, pobrecito, tiene que salir a darse una vueltita por ahí, sin ninguna vigilancia o sistema de control, y que haga lo que se le ocurra, total, el es uno de los famosos estigmatizados de esta famosa década!! ¿Y quién le da la oportunidad al cabo primero Juan Manuel López Araya, asesinado durante el forcejeo con el delincuente que quiso asaltaron en el año 2002? http://www.codigomardelplata.com/ver_noticia_mar_del_plata.asp?codigo=19057
Ni López Araya ni su familia volverán a verse. Ninguno podrá escuchar su voz, abrazarse, darse consejos, acompañarse. Ellos no tendrán la posibilidad de "resocializar", simplemente porque alguien decidió terminar con la vida del policía.
¿Qué hubiera ocurrido si el delincuente, durante el tiroteo, mataba a alguien? ¿Tambien cabría la posibilidad de juzgar al juez que determinó estas salidas, sin ningún control? Convengamos, este asesino es, como en tantos otros casos, la punta del iceberg, porque nos horrorizamos pensando en ESTE caso...sin pensar en cuántos delincuentes más cuenten con el mismo beneficio y tambien se dediquen a cometer delitos durante sus "recreos".
Es indignante pensar y sentir que la justicia (con minúsculas, porque esta clase de justicia no se merece el más mínimo respeto de nuestra parte) nos pone a merced de violadores y asesinos, con algo grado de reincidencia, sin que nadie piense en el resto de la ciudadanía.
Se supone que una cárcel, un penal, es un lugar en donde van los delincuentes a cumplir una condena por un delito cometido, a pagar la deuda que tienen con la sociedad por no respetar las reglas de convivencia. Tambien es una forma de que estos criminales no convivan con el ciudadano medio, que trabaja o estudia, y no va por la vida con una 9mm en la cintura robando, amenazando y matando a nadie.
No veo mal que cuando les queda poco tiempo para finalizar sus condenas, les permitan salir a trabajar... Ojo, dije a TRABAJAR, los penales podrían realizar convenios con empresas o fábricas, en donde el reo desarrolle alguna actividad para poder tener alguna clase de referencias al concluir su pena, y darle la posibilidad REAL de que pueda trabajar...y no volver a dedicarse a lo mismo que hacía antes de ingresar al penal.
Recuerdo que hace algunos años (es decir, el tema no es nuevo) el movilero de un programa de radio contaba que habían detenido a un delincuente robando un vehículo y que el mismo estaba cumpliendo una condena, el juez le había otorgado "salidas laborales"... Se me ocurrió pensar que si no lo mandan en un patrullero, custodiado, con orden de quedarse en un determinado lugar, cumpliendo una cantidad de horas acordadas, luego de las cuales lo fueran a buscar...la única actividad a la que podía dedicarse el ladrón era...seguir robando!!!
Mientras nuestros jueces no piensen a consciencia sus "permisos", mientras no evalúen un sistema que permita tener un control sobre las actividades de los delincuentes durante estas salidas, mientras siga siendo el garantismo la medida de toda condena, nuestra sociedad va a estar cada vez más expuesta a esta clase de problemas, en donde un delincuente, con una larga condena aún por cumplir, camine por la ciudad con total libertad, mientras nosotros, los ciudadanos comunes, cumplidores de la ley y de las normas de convivencia, nos encerraremos en nuestras casas, con más rejas, más alarmas, más cámaras, más sistemas de seguridad y tomando todas las precauciones para poder seguir vivos y sentirnos seguros.
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