#‎Inundados‬ La papa que quema y moja.

Hace dos años sucedió en La Plata, ocultándose la cantidad real de víctimas fatales, impidiendo el ingreso de un miembro de la Justicia a las morgues. Se creo un "fondo solidario" manejado por el patotero mayor del gobierno nacional, quien casi obligaba a los empresarios e industriales a colaborar, en donde se recaudaron 35 millones de pesos para ayudar a los afectados por ese temporal. Pero nadie nunca informó qué sucedió con ese dinero, quién se vio beneficiado o qué productos se adquirieron y a quienes se los dejaron. Nada. Ni una palabra. El funcionario fue becado con un puesto en Italia. Del dinero, nunca se supo el destino.

 Suecede ahora, y se culpa a los countries, a los productores, a quienes construyen, al plan PROCREAR, a los que construyen donde pueden un sueño. Pero ninguno se hace cargo de sus responsabilidades. Los funcionarios de obras públicas brillan por su ausencia y los encargados de autorizar los countries, los planes PROCREAR, de ver en qué lugar construyen donde pueden sus sueños, ni aparecen.

 Una mujer ve la mitar de su casa irse por el río. Es muy humilde, tiene una criatura en brazos. La casa se hallaba a muy pocos metros de la orilla, en una zona en donde las precipitaciones provocan la crecida del río y, por razones obvias, no es aconsejable contruir. Ella quizás no lo sabe y es el único pedacito de tierra al que puede acceder, para darles un techo a sus hijos. ¿Ningún miembro de los distintos estamentos gubernamentales vio esa casa, plantada al borde del peligro? ¿A nadie se le ocurrió recordar que el río crece y que barrería con las bases en donde se pusieron esos cimientos? ¿Dejaron que la mujer gastara sus pocos pesos en ladrillos, chapas, cementos, ventanas, sabiendo que una crecida se llevaría todo ese esfuerzo en segundos y, total, ellos están seguros, en construcciones alejadas del peligro y seguras?

 Quienes firman los planos de los contruies, ¿no pidió ver hacia donde correrían las aguas en caso de lluvia torrencial? ¿Firmó las autorizaciones sin ver quienes se verían afectados cuando esos campos ya no pudieran contener las aguas, porque las construcciones lo impedirían?

 Igual con quienes culpan a los productores que llevan sus aguas de riego a desagotar en los ríos, es algo que escucho hace muchísimos años. ¿Nadie va a certificar que se hagan obras para que no afecten rutas, otros campos, ciudades o pueblos linderos?

Las cadenas de responsabilidades son enormes. Funcionarios municipales, provinciales, nacionales que no ven más allá de sus propias narices o de sus propios mandatos, que gastan el dinero público en mostrar que esta gestión es "suya", con sus colores, duplicando el gasto cuando, sí o sí, en diciembre ocurra el cambio de mandato, más allá del signo político que asuma. A menos que esas obras, esos patrulleros, esas "inversiones" sean a hechas bajo total gasto privado de ese funcionario, cosa que no creo, ninguna obra, de ningún lugar del país, tendría que llevar el nombre del funcionario, ya que ese dinero que se usa es de NUESTROS IMPUESTOS, de todos los ciudadanos.

Vivimos en una etapa de "faraones" cuyo único deseo es perpetuarse en el poder, más allá de la eficacia de sus gestiones, marcan su sello a todo, todo lleva su nombre, y los "subditos" debemos pagar sin decir palabra y escucharlos decir que una campaña política los "estresa", dejando a cientos y miles de personas en una situación caótica, sin contención, viendo como el esfuerzo de sus vidas se va de una sola vez.

Ellos miran para otro lado, se culpan unos a otros, acusan a cualquiera, no se hacen cargo de su ineficacia, y se pasan la papa que quema hasta diciembre, esperando que otros asuman para, a la primera de cambio, culparlos por la "inoperancia". Lo grave es que volveremos a escuchar esa frase horrible, asquerosa, impúdica, y dolorosa sobre las "herencias recibidas" que, más allá de su realidad, habrá que esperar a ver qué hacen quienes tengan nuestra confianza y nuestra fe en sus m anos a partir del 10 de diciembre