"Vergüenza de género"

Lo leí en un comentario. Y es la exacta expresión que cabe a lo ocurrido luego de la marcha realizada tras culminar el 30° Encuentro Nacional de Mujeres en Mar del Plata.

Mujeres que hablan de acabar con la violencia escribiendo "matar al macho". Mujeres que quieren terminar con los abusos pintando en las paredes de comercios y edificios privados, que rompen espacios públicos. Mujeres que, en lugar de apagar el fuego, lo encienden con más fuerza.

Ver las imágenes de cómo quedó mi ciudad tras su paso me causa dolor. Porque ellas gritan cosas que no me representan. Sus consignas, sobre temas delicados y sensibles, son agresivas y violentas, y parece que pretenden provocar la reacción del otro para así poder ponerse en el lugar de la víctima.

Usan a tantas mujeres asesinadas sin trabajar por lo que realmente podría ser el comienzo del fin del problema: la educación y el respeto. Con educación hacia todos los niños, enseñándoles a respetar la vida por sobre todas las cosas. Elijan la orientación sexual que elijan. Y exigiendo a las autoridades competentes verdaderas soluciones sobre estos temas.

Romper las rejas de una iglesia no es la solución a nada. Porque no es la iglesia quien impone las leyes, más allá de la influencia que pueda ejercer. Ciertas leyes que estos grupos exigen son PURA Y EXCLUSIVA competencia del Poder Legislativo, que las tiene que debatir y tomar la decisión de ponerlas en práctica. Y del Poder Ejecutivo, quien tiene en sus manos la potestad de enviar proyectos al Congreso. Y del Poder Judicial, que con las leyes que ya existen no actúa en defensa de quienes han visto vulnerados sus derechos más básicos.

Estas mujeres no me representan. Y no creo que representen a muchísimas mujeres que día a día tratamos de vivir en un mundo en donde la violencia quede afuera. Estas mujeres se convirtieron en eso que combaten. Estas mujeres manchan la consigna ‪#‎NiUnaMenos‬, y convocan a la violencia y a los disturbios.