viernes, 9 de septiembre de 2016

Esos raros "pibes buenos".


(Antes que todo, este escrito no tiene la intención ni de hacer leña del árbol caído, ni de caerle simpático a nadie, simplemente es la traslación de una serie de reflexiones hechas entre amigas, luego de los sucesos de inseguridad ocurridos en estas semanas).

Alguien, en lo sucesivo "el delincuente", intenta asaltar a otro alguien, en lo sucesivo "la víctima". En ese hecho, la víctima, que tras sufrir muchos robos adquirió un arma para defenderse, mata al delincuente. Tras lo ocurrido, la familia del delincuente amenaza a la víctima y a su familia. En algunos casos anteriores, la víctima ha tenido que cerrar su comercio y hasta mudarse de ciudad, porque nadie le garantizaba que pudiera impedirse una venganza de parte de la familia del delincuente.

Y prefiero referirme a "victima" y a "delincuente" simplemente porque tanto el médico de gran Bueno Aires, como el comerciante de Mar del Plata, sólo son dos casos que resonaron en los medios, y no porque sean los primeros casos de legítima defensa.

La victima sufre amenazas por las redes de parte de la familia del delincuente. En el caso del médico, hasta ahora no hubo retractación, en el del comerciante, si. Y ahí es donde quiero detenerme.

Leo una nota que sale en un medio, en donde el padre del delincuente pide disculpas y asegura que no van a hacer nada en contra del comerciante, su familia o su negocio. Dice que su hija escribió una boludez, que está arrepentida. Y que es mejor apagar la mecha, que esto no siga, que necesita que su hijo descanse en paz. Comprensible. Sin embargo...

Sin embargo leo que el padre habla de la "maldita droga", que su hijo era un "pibe bueno", solidario, que cayó en el vicio (lo del pibe bueno lo he leído más de una vez haciendo referencia a un delincuente muerto en algún enfrentamiento), y muchas cosas más.

Entiendo su dolor de padre, entiendo el dolor de la familia y entiendo que el pibe era "bueno" con su entorno. Pero tambien entiendo que el pibe caminaba con una 9 milímetros de verdad, cargada con balas de verdad, y que salió a matar "de verdad". Entiendo que el pibe tenía antecedentes penales. Entiendo que el hermano, que por lo que leí tambien ha tenido conflictos con la ley, debe ser otro "pibe bueno", que también está armado.

No se ustedes que me leen que opinarán. Quizás hasta este momento piensen horrorizados que solo estoy pegándole a un pobre hombre al que le mataron al hijo. Que me encarnizo con él. No, pero leerlo decir varias veces "la maldita droga", leyendo sobre el contexto de la vida de estos chicos, me sale preguntarme cuán cómodo es culpar a la maldita droga de la ausencia de valores en la educación de los pibes.

Porque en este, y en otros casos, no es un sólo hijo que está en el mal camino. Se de familias excelentes, trabajadoras, honestas, a las que un pibe se le escapa de las manos. Porque fueron mas flexibles con él. Porque era el famoso piel de Judas incontrolable. Sin embargo, cada vez veo más familias con "pibes buenos" dedicados a la delincuencia.

Los hijos de una amiga hablan de este chico en particular y repiten el mismo latiguillo, que era un pibe bueno. Mi amiga sufrió el abandono de su marido cuando sus hijos eran pequeños. Los crió sola. Los educó como pudo. Hoy sus hijos son dos hombres que se levantan a las 5 de la mañana para ir a trabajar, a ganarse honestamente la vida. Ninguno usa armas. Ninguno cayó en las drogas, considerando que el contexto familiar lo podría permitir, debido a la ausencia paterna, el sentimiento de abandono y todas las excusas que podamos poner.

Mi propia familia vivió una situación similiar. Y mi hermano, cuando se vio sin trabajo, se armó un carro y salió a juntar cartones, botellas, metales, y los vendía. En lo personal odiaba que se dedicara a esa actividad, no porque sintiera vergüenza, sino porque conocía la capacidad que tenía y me daba mucha rabia que la desperdiciara. Pero tambien me enorgullece decir que nunca salió a robar. Que jamás tuvo un arma en sus manos, por más desesperado que estuviera. Que buscó ganarse la vida haciendo toda clase de changas. Y que, afortunadamente, nunca cayó en la "maldita droga". Pudiendo. Teniendo miles de oportunidades a mano. Proviniendo de una familia fracturada. Como los hijos de mi amiga. Como los hijos de muchas familias que inculcaron algo que, parece, no abunda hoy en día: VALORES.

Que me disculpen quienes crean que mi postura es muy radical. Pero a los pibes buenos los veo en las escuelas, aprendiendo como pueden y haciendo un esfuerzo por superarse; los veo en cientos de lugares de trabajo, muchas veces en negro, sin las medidas de protección necesarias, poniéndole horas para ganar un peso más, sacrificándose para obtener el día de mañana una oportunidad mejor. A muchos pibes buenos los veo lastimados o muertos por un delincuentes que los asaltó para robarle un celular, las zapatillas, el auto y a veces hasta nada, porque los delincuentes ya cruzaron la línea y algunos matan por matar, para lograr consideración dentro de la banda o frente a otros delincuentes.

A muchos pibes buenos los veo en las guardias de hospitales, corriendo apurados con una camilla, para salvarle la vida al que viene con un balazo, una cuchillada, sin preguntar si es víctima o delincuente y sufriendo los aprietes de familiares y amigos, operando contrarreloj. A muchos pibes buenos los veo enseñando en escuelas rotas, dándoles de comer a los chicos que ellos esperan que mañana sean hombres de bien.

Por eso, tal vez, me resulte incomprensible entender que sólo se culpe a la "maldita droga" por el proceder de estos "pibes buenos".

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